En las competiciones de larga distancia, durante la carrera, tomamos geles y barritas y, al acabar, un plátano y al rato un buen plato de pasta.
La recomendación general es ingerir hidratos de carbono de alto-medio índice glucémico (IG) durante el ejercicio –para mejorar la resistencia
y el rendimiento– y después del esfuerzo –para reabastecer las reservas de glucógeno muscular. Sin embargo, lo más importante no es
atiborrarse de geles y bebidas durante la carrera, sino lo que comemos antes de salir a correr: para rendir más durante más tiempo, toma
alimentos con un bajo índice glucémico para que la energía se vaya liberando de forma paulatina y no de golpe.