Importancia de la nutrición y el deporte en pacientes con Diabetes
Médico de familia. Los Alcázares (Murcia)
La época moderna, ha traído como consecuencia un estilo de vida más sedentario, con un aumento de patologías de carácter metabólico, entre las que destaca por su mayor prevalencia la diabetes mellitus 2 (DM2). Los factores implicados en su parición son múltiples, pero el más importante es la obesidad central (grasa intraabdominal, que se correlaciona con el perímetro de cintura, varón 102cm, mujer 88cm), y la inactividad física.
Actualmente la mayoría de los casos de DM2 ocurren en un contexto de estilo de vida occidental, con dietas ricas en grasas, azúcares y sedentarismo, dando lugar a obesidad.
Obesidad-> resistencia a la insulina-> hiperinsulinemia compensadora-> insuficiencia células beta pancreáticas-> DM2.
La progresión de la DM2 produce afectación de órganos vitales (ojos, riñón, sistema nervioso periférico, sistema nervioso autónomo, corazón, etc.). Por tanto debemos prevenir el alto riesgo cardiovascular que supone la DM2 e incluso prevenir la aparición de la enfermedad, siendo la prescripción adecuada de ejercicio físico y una alimentación saludable fundamentales en el manejo, tratamiento, control y pronóstico de la DM2.
Los tres pilares del tratamiento de la DM2 son (1):
- Ejercicio físico regular (aeróbico y de fuerza)
- Alimentación saludable
- Fármacos (en caso necesario)
1. EJERCICIO FÍSICO (1)
Existen evidencias suficientes sobre los beneficios del ejercicio físico en la DM2. El ejercicio debe ser aeróbico y de fuerza.
1.1. Ejercicio aeróbico (EA)
Este ha sido el modo de entrenamiento tradicionalmente prescrito para la prevención y control de la diabetes; Se ha visto como la realización de una sola semana de entrenamiento aeróbico a una intensidad moderada/vigorosa produce mejoras en la sensibilidad a la insulina (1), al igual que su realización en un periodo corto de tiempo (unas horas o pocos días, 24-72h), también ha sido asociado con una disminución de los lípidos.
Lo ideal sería realizar 30 min de EA de intensidad moderada / vigorosa al menos 5 días a la semana; la frecuencia mínima debe ser de 3 veces a la semana con un total de 150 min, Se recomienda que no haya más de dos días consecutivos sin actividad física aeróbica. Si no se ha realizado actividad física previamente, se puede comenzar con 5 o 10 minutos al día e ir subiendo poco a poco cada semana. Si no se puede realizar 30 minutos seguidos al día, se puede dividir en fracciones de 10 min x3 o de 15 min x2, de esta forma los beneficios son similares.
- Intensidad moderada = significa un esfuerzo que le permite hablar, pero no cantar durante la actividad
- Intensidad vigorosa = puede decir unas pocas palabras, y tiene que detenerse para recobrar el aliento.
Ejemplos de actividad aeróbica: caminar rápidamente, montar en bicicleta, bailar, nadar, tenis, subir escaleras, trotar/correr, remar, patinar, jardinería, esquiar en terreno llano.
1.2. Ejercicio de fuerza (EF)
Con la edad hay una tendencia progresiva a la pérdida de masa muscular (sarcopenia), aumento de grasa y aumento de resistencia a la insulina. El EF tiene un impacto muy positivo sobre estos aspectos, viéndose como aporta mayores beneficios en cuanto al control glucémico en comparación con el EA; el EF mejora la sensibilidad a la insulina hasta 120 h después de la sesión; otros beneficios del EF en diabéticos son; aumento de fuerza ,reducción de la sarcopenia, disminución de la presión arterial ,disminución del riesgo de caídas ,reduce el riesgo de fracturas y osteoporosis y en menor medida disminuye el LDL y los triglicéridos y aumenta HDL.
Se recomienda hacer ejercicio de fuerza, con pesas o bandas de resistencia, 2 o 3 días a la semana, progresando hasta tres series de 8 a 10 repeticiones, con una carga que no permita realizar más de 8 a 10 repeticiones, además de la actividad aeróbica (2).
Ejemplos de actividad de fuerza:
- Uso de máquinas o pesas en el gimnasio
- Bandas de resistencia
- Levantar pesas de bajo peso u objetos como botellas de agua en casa
- Hacer ejercicios que utilizan el propio peso corporal (flexiones, abdominales, sentadillas etc.)
- Jardinería intensa.
En los pacientes con DM2 que deseen comenzar un programa de actividad física más intenso que caminar a paso ligero, deben ser sometidos a un reconocimiento médico para valorar posibles complicaciones de la diabetes (3):
- Sistema cardiovascular: EKG
- Retinopatía: la actividad física intensa puede desencadenar, hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina.
- Albuminuria y Nefropatía: no hay evidencia de estudios clínicos que demuestren que el ejercicio físico pueda acelerar la progresión de la nefropatía diabética por tanto no presentan restricciones específicas para hacer ejercicio.
- Neuropatía periférica: la disminución de la sensibilidad dolorosa aumenta el riesgo de lesiones de la piel, infecciones y destrucción articular de Charcot, por tanto en caso de neuropatía periférica severa es conveniente aconsejar actividades físicas donde el peso corporal no impacte sobre las articulaciones de miembros inferiores como natación, bicicleta, ejercicios de brazos, aunque la caminata moderada no incrementa el riesgo de úlceras.
- Hipoglucemias: en caso de glucemia pre-ejercicio menor de 100 mgr/dl, es necesario que los pacientes ingieran carbohidratos adicionales, sobre todo en pacientes en tratamiento con insulina, sulfonilureas y glinidas.
- Medicamentos y ejercicio: la mayoría de medicamentos no afectan la respuesta al ejercicio, excepto los beta-bloqueantes, algunos pueden disminuir la capacidad de ejercicio y la frecuencia cardiaca, y enmascarar síntomas de hipoglucemia, diuréticos, pueden producir deshidratación y las estatinas, miopatías.
Los beneficios del ejercicio físico sobre el control glucémico son estadística y clínicamente significativos y no mediados por la pérdida de peso corporal, siendo lo más eficaz la combinación de ejercicios de fuerza (2-3 veces semana) combinado con ejercicio aeróbico. Este tipo de actividad física disminuye el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, afecciones cardiacas, algunos tipos de cáncer, diabetes, etc. y aporta importantes beneficios psicológicos.
2. ALIMENTACIÓN SALUDABLE (4)
La era moderna nos ha llevado a consumir alimentos de baja calidad, baratos, de alta palatabilidad y rápida preparación lo que genera un alto impacto de obesidad en la sociedad y alta incidencia de enfermedades relacionadas.
Actualmente las recomendaciones dietéticas más saludables se basan en la dieta mediterránea, cuyos beneficios están reconocidos a nivel mundial y se basa principalmente en:
- Elevado consumo (diario) de frutas, verduras, granos integrales, aceite de oliva, legumbres y nueces.
- Consumo moderado-alto (dos veces por semana), pescado
- Consumo moderado-bajo (semanalmente) de carne blanca (ave y conejo), huevo, y productos lácteos en forma de yogurt o queso fresco.
- Bajo consumo de carne roja y derivados
- Consumo excepcional de dulces.
- Beber agua, realizar actividad física, disfrutar de las comidas en familia, bailar, pasear.
En cuanto a la elaboración culinaria es preferible cocinar; al horno, cocido, plancha, papillote. La fruta tomarla entera, mejor que en zumo, ya que el zumo extrae el azúcar de la fruta dejando fuera otros nutrientes como algunas vitaminas, fibra etc. Por otro lado, es recomendable reducir o mejor aún, prescindir de los azúcares procesados; zumos, refrescos, bollería, dulces. Es preferible tomar los hidratos de carbono complejos, ya que su impacto glucémico es menor y estos incluyen; cereales (trigo, centeno, avena, maíz), arroz, legumbres, patatas, boniato.
Por otro lado, resulta interesante hacer una mención al “Plato de Harward”, una guía para crear comidas saludables, atendiendo a la relación en cantidad y calidad de alimentos que deben formar parte del plato. Este plato fue creado por expertos en nutrición de la escuela de salud Pública de Harward, y se basa en:
- ½ plato vegetales variados y coloridos ;( patatas no cuentan por elevado índice glucémico).
- ¼ plato granos integrales; quinoa, avena, arroz integral, trigo integral.
- ¼ plato proteína; pescado, pollo, legumbres (habichuelas, frijoles, garbanzos, lentejas) y nueces son fuentes de proteínas saludables y pueden ser mezclados con ensaladas. Limitar las carnes rojas y evitar carnes procesadas y embutidos.
- Escoger aceites saludables; aceite de oliva, girasol, maíz
- Tomar agua, café o té; evitar bebidas azucaradas, limitar la leche, productos lácteos y evitar zumos.
- Mantenerse activo.