Hipertensión
La hipertensión arterial es un problema importante de salud pública en los países occidentales y también es unos de los indicadores del buen control metabólico de la diabetes, junto con la HbA1c, el colesterol, el HDL colesterol, los triglicéridos y el IMC (relación del peso con la talla indicativo del estado de normopeso). Además es uno de los parámetros en los que a raíz del estudio UKPDS (estudio retrospectivo del control metabólico de la diabetes y su relación con las complicaciones crónicas) se insiste más en su optimación como factor preventivo.
Desde el punto de vista nutricional hay una serie de recomendaciones dietéticas que ayudan para lograr un mejor control de la hipertensión y hacer la dieta más agradable.
Las podemos agrupar de la siguiente manera:
A) Llevar una dieta sin sal o reducir su ingesta a 2-3 gr./día.
Para lograr esto debemos actuar a tres niveles:
- Evitar alimentos ricos en sal.
- Reducir la adición de sal al elaborar los alimentos.
- Evitar la adición de sal a los alimentos ya cocinados.
B) Ayudar en la condimentación para facilitar la aceptación de los menús:
- Buena presentación de los platos.
- Cocinar a la plancha, estofado, guisado y al vapor. Evitar las cocciones en agua (hervidos). Las primeras formas de preparación conservan mejor el sabor de los alimentos.
- Usar preferentemente los siguientes aditivos.
- Ácidos: Vinagre y limón
- Aliños: Ajos y puerros
- Especias: Pimienta, pimentón, azafrán y canela
- Hierbas aromáticas: Hinojo, comino, laurel, tomillo y perejil
- Usar aceite de oliva.
Hay otras medidas que no son puramente dietéticas pero que hacen modificar el estilo de vida y ayudan en el control de la hipertensión arterial, como son:
- Reducir el peso
- Realizar ejercicio físico, sin practicar deporte de competición
- No fumar
En el mercado cada vez aparecen más productos dietéticos. Dentro de ellos nos encontramos con las sales de régimen y los productos elaborados con bajo contenido en sodio. Las primeras son sales con sabor parecido a la sal común de mesa, pero no son recomendables por el exceso de contenido en potasio que aportan con su consumo habitual. Los alimentos bajos en sodio si se quieren consumir hay que tener en cuenta que su consumo no puede ser libre, pues aporta sodio auque sea en pequeñas cantidades y se deben elegir aquellos en los que en su etiquetado se especifique el contenido de todos los ingredientes y la cantidad de sodio que aportan expresado en miligramos.