Abandona los puntos suspensivos (decídete a empezar)
Asesor en el área de Psicología de la Fundación para la Diabetes. Psicólogo de la Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).
“La mejor manera de empezar algo es
dejar de hablar de ello y empezar a hacerlo”
Walt Disney
Introducción
Si eres humano (cosa que no dudo), en infinidad de ocasiones habrás tenido deseos que te hubiera gustado ver realizados, barreras que visualizaste superadas, metas que soñabas con alcanzar…
Posiblemente te hayas descubierto pensando: “Me gustaría hacer…”.
Algunos de esas aspiraciones eran un tanto ingenuas y pasaron rápidamente al cajón de los sueños irrealizables (quién no se imaginó apagando fuegos, ayudando a los nativos de un recóndito país, descubriendo la cura del cáncer, jugando en primera división, inventando un dispositivo capaz de …). Ciertamente algunas personas los han alcanzado, pero la mayoría no. El hecho es que, de niños, todos nuestros anhelos nos parece realizables.
Con otros sueños, posiblemente más cercanos en el tiempo, nos sea más difícil de justificar el no haberlos intentado. Me refiero a: “Tengo que dejar de fumar”; “debería hacer más ejercicio”; “si me levantara media hora antes me daría tiempo a…”. Muchos de ellos han ido a parar al contenedor de la racionalización vestidos del “ya me gustaría, pero soy incapaz de lograrlo”. Otros, quizás con mayor frecuencia en forma de aplazamiento: “Ya, si eso, en verano, me pongo a ello”; “en este momento me es imposible, quizás la semana que viene…”
Como podrás comprobar este texto, siendo tan corto, ya lleva un exceso de puntos suspensivos, ¿no te parece? Es lo que se ha dado en llamar “Procrastinación” (es fea hasta la propia palabra que define el término).
¿Qué es la procrastinación?
Se trata de una forma de funcionamiento por el que las personas tendemos a retrasar la realización de asuntos pendientes a pesar de ser conscientes de que dicho aplazamiento nos será perjudicial. Consiste en evitar hacer tareas necesarias, pero poco apetecibles.
El personaje procrastinador por excelencia es Felipe (amigo de Mafalda).
Algunas de sus frases célebres:
- "He decidido enfrentar la realidad, así que apenas se ponga linda me avisan...”
- "No dejes para mañana lo que tengas que hacer hoy...; desde mañana mismo empiezo..."
- "¿Por qué justo a mí tenía que tocarme ser yo?"
Si has leído sus viñetas comprobarás que, no sólo tiende a no hacer lo que sabe que debe, sino que, además sufre muchísimo por ello.
El deseo no es suficiente...
Una de las conclusiones que pueden parecer de Perogrullo, pero que es muy importante tener presente, es que CON EL DESEO NO ES SUFICIENTE.
A veces hemos fallado en los cálculos. Bien porque, a pesar de ser una buena idea, de desearlo con ahínco:
- Era poco realista
- La meta era excesivamente ambiciosa
- No era el momento de plantearla
- No tuvimos en cuenta que…
… Pero ayuda a empezar
Espero que mientras lees estos párrafos no hayas caído en la trampa procrastinadora de: "hasta el psicólogo dice que con el deseo no es suficiente, así que ni lo intento".
Ciertamente, si queremos lograr algo, el desearlo es muy necesario. Vale que no es suficiente pero, sin él estamos perdidos.
Y tú, ¿qué deseas? Vete pensando en dar una respuesta.
Beneficios de acabar lo que se empieza
Independientemente de los beneficios que se obtiene al alcanzar lo que nos hemos propuesto por la propia naturaleza de la meta (mejor forma física, bajar unos kilos…), existe otra consecuencia más importante si cabe: la lectura positiva que uno puede hacer de sí mismo.
Así, cuando alcanzas el propósito añorado, se eleva tu autoestima (entendida como el concepto que una persona tiene de sí misma y de su propia valía). Eso te ayudará a afrontar positivamente retos futuros ya que, por experiencia propia sabes que puedes conseguir aquellos que te propongas. Otras veces lo hiciste.
Pero además, existe otro factor beneficioso relacionado con la motivación. Como se verá en otros textos futuros, la motivación se puede traducir como el factor que impulsa a una persona a hacer algo, su motor. Se ha demostrado cómo el alcanzar los objetivos propuestos, la propia experiencia de éxito, es uno de los factores más motivantes para la persona.
Pero, esta moneda tiene su cruz. Cuando, como consecuencia de la procrastinación se posterga el actuar hacia la meta, persiste en la persona una sensación de fracaso, un descenso en la motivación y, por supuesto, una merma de su autoestima.
Soy consciente de que mi explicación es excesivamente general y que las situaciones particulares son infinitas. Mi intención no es redactar un tratado de psicología, sino de que tú te pongas en juego hacia tu meta y que lo hagas de tal forma que multipliques tus posibilidades de éxito.
Te propongo un reto: DECIDE TU RETO
RETO hace referencia a un desafío o una actividad que una persona debe realizar sobreponiéndose a diferentes tipos de dificultades, porque precisamente está revestida de trabas y complejidades.
Para evitar sucumbir, el arte consiste en establecer como meta algo que tenga sus dificultades pero que se intuya que está dentro de las posibilidades personales. Sólo así será de utilidad.
En este sentido, te propongo que realices el siguiente ejercicio escrito (remarco esta condición):
- Divide una hoja apaisada en dos columnas. La de la izquierda titúlala: “Ahora”. La de la derecha: “Mi meta”.
- En la de la derecha escribe tu meta. Hazlo con pocas palabras (una o dos frases a lo sumo). El objetivo es darle “corporeidad” a ese sueño, hacerlo tangible.
- Debajo anota las respuestas a preguntas como:
- ¿Cuándo? ¿cómo? ¿con quién? ¿dónde?... Con este tipo de cuestiones le vas dando más forma.
- Ahora utiliza aún más la imaginación: ¿Cómo esperas sentirte? ¿qué habrá mejorado en tu vida? ¿qué dirán de ti?...
Ten en cuenta que uno de los errores más comunes consiste en creer que como lo “he soñado” ya me puedo relajar porque eso supone empezar a alcanzarlo. Es falso que imaginarse donde quieres estar suponga que estás allí.
- En este momento viene un paso necesario pero no carente de riesgo. Se trata de hacer una fotografía actual de la situación respecto a la meta soñada. De la misma manera ahora descríbela pormenorizadamente debajo de la columna “Ahora”.
Así el contraste entre ambas quedará patente. Ése será el camino a recorrer.
El peligro consiste en sentir que la meta está tan alejada del momento presente que directamente no lo intentemos. Ten un poco de paciencia. Mi deseo es ayudarte en próximas entregas a objetivar y a organizar la forma de pasar de la situación actual al logro de lo deseado.
Hoy lo importante era que diseñaras tu meta y te decidieras a poner el empeño en alcanzarla.
¡Suerte!
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