Testimonios tras el reto
Testimonios de los participantes del Reto Rueda por la diabetes al Mont Blanc:
Testimonio de Beatriz Vega
Fecha 12/09/17
Por suerte me ha tocado escribir acerca de la segunda etapa del reto del Mont Blanc, lo cual me apetecía bastante porque ese día terminábamos en Chamonix, un sitio que hay que conocer si te gusta el tema montaña, escalada, alpinismo, esquí (pistas, travesía, etc.)
La mañana del 12 de septiembre todo el grupo salió de Les Bettex, que es una estación de esquí que hay a unos 8 kilómetros de Saint-Gervais-les-Bains. Allí habíamos pasado la tarde/noche anterior en un hotelito precioso y con unas vistas espectaculares del Mont Blanc.
Yo salí con mi "yellow team" y tengo que decir que estoy encantada ellos, me tratan super bien, me cuidan un montón y nos echamos muchas risas, que es lo importante, jeje.
En fin, el tema es que salimos de Les Bettex, hicimos un bajadón de unos 15 kilómetros aproximadamente, llegamos a Sain-Gervais-les-Bains, allí nos tomamos un coffee como dice Nicole y continuamos nuestra ruta. Pasamos por Servoz, Vaudagne y llegamos a Les Houches. Hace un par de años yo había estado allí haciendo esquí de travesía con mi chico, así que fue super chulo conocer todo aquello sin un metro de nieve encima, porque os puedo asegurar que el paisaje es totalmente diferente, aunque a mí me encanta de todas las maneras.
Allí comimos algo para seguidamente continuar nuestra etapa hasta Chamonix, ¡¡¡por fiiiiiin!!! Mientras estábamos comiendo, vimos pasar al "blue team" a toda velocidad, aunque ellos ni se enteraron de que estábamos allí, jaja.
Después de la comidita, nos tocaba llanear un rato y seguir bajando dirección Chamonix, hasta que al final entrábamos con la mountain bike en la cuna de todo el deporte de montaña, en Chamonix. Para mí fue super emocionante, porque me hacía muchísima ilusión volver allí y además como nunca lo había hecho: ¡¡¡EN BTT!!!
Según íbamos entrando, iba reconociendo calles y sitios hasta que vimos a los chicos españoles del equipo azul, que estaban en una terracita al solete tomándose unas cañas, porque a ellos aún les quedaba por hacer un bucle de otra hora y media por los alrededores de Chamonix. En principio mi grupo terminaba ya la etapa, pero aún no sé muy bien cómo, entre los pamplonicas, Gorka, los Javis y los del norte, me acabaron convenciendo para que me fuera con ellos a hacer esos últimos kilómetros. En ese rato, subimos, vimos glaciares, hicimos un buen rato de sendero chulo, chulo, con algún momentazo bueno, y acabamos bajando otra vez para llegar al hotel, pasando por todo el centro y por las calles más comerciales de Chamonix. No se me va a olvidar nunca esta llegada, porque me apetecía muchísimo y porque me hacía mucha ilusión terminar aquí algún día.
Al llegar al hotel, lavamos las bicis, nos dimos una ducha rápida y salimos a dar un paseo todos juntos por el centro. Vimos lo típico, hicimos muchas fotos y volvimos porque teníamos la charla con los guías para preparar la etapa del día siguiente. Después, esa tarde/noche, en lugar de cenar en el hotel, tuvimos la opción de cenar por ahí, con lo que continuamos otro rato haciendo un poco más de turismo por Chamonix.
Conclusión: para mi fue uno de los mejores días porque había muchas cosas mezcladas, sitios ya conocidos, emociones ya vividas por allí, recuerdos super especiales, etc.
En fin: MUCHÍSIMAS GRACIAS POR ESTE DÍA TAN TAN ESPECIAL PARA MÍ
Testimonio de Eric Arroyo
Fecha: 16/09/17
Nos disponemos a afrontar la última etapa del reto, y eso hace que el ambiente este cargado de sensaciones especiales.
Abandonamos Courmayeur, un precioso pueblo italiano muy conocido por todos los amantes de la montaña. De hecho, durante nuestra estancia se estaba celebrando una de las carreras de montaña más famosa del mundo, El Tor Des Geants, y pudimos ver como varios corredores también finalizaban su propio reto en esta dura carrera.
El perfil de la etapa no ofrecía dudas sobre lo que nos tocaba, partimos desde los 1.224 metros de altitud de Courmauyeur y sabíamos que íbamos a pedalear cuesta arriba un buen rato hasta llegar a los 2.512 metros en Col de la Seigne.
El primer tramo lo realizamos por carretera. Al principio vamos en grupo conversando sobre la etapa que nos toca realizar, las glucemias de cada uno y la preciosidad de los paisajes, después la dureza de la etapa hace que cada vez se hable menos y que el grupo se vaya estirando al subir cada uno al ritmo en que más cómodo se encuentra. Todo este tramo de carretera lo realizamos junto a un río con las típicas características de los ríos de alta montaña.
No nos importa separarnos mucho puesto que después realizamos diferentes paradas para poder hacer controles sanguíneos de nuestras glucemias y aprovechar el rato hasta que llega el resto del grupo para hacer fotos de los preciosos paisajes por los que discurre la etapa.
Una vez unificado el grupo, afrontamos el segundo tramo de subida que ya se realiza sobre pista dejando el asfalto. Es un tramo más llano que discurre por un precioso valle rodeado de unas montañas impresionantes. Rodamos en grupo mientras seguimos conversando de la belleza del paisaje para después llegar al último tramo de subida en el que el terreno está embarrado y el desnivel es brutal, lo que nos obliga en varios momentos a tener que caminar con la bici a cuestas.
Tras este duro tramo llegamos al refugio La Casermeta, a 2.365 metros de altitud, donde nos reagrupamos de nuevo y aprovechamos para hacer glucemias, reponer fuerzas comiendo algo y hacernos unas fotos puesto que el paisaje con todo el amplio valle al frente y las montañas nevadas a los lados es impresionante.
Una vez hemos recuperado fuerzas gracias a la pausa y a comer algo, afrontamos la ascensión hasta la cima donde lo empinado del terreno y el barro hacen imposible poderlo hacer pedaleando.
Desde Col de la Seigne, y orgullosos de superar un día más los 2.500 metros de altitud, comenzamos un precioso descenso, un poco peligroso al principio por el barro acumulado, pero que después cuando el camino mejora disfrutamos todos muchísimo al ser de lo más divertido que puede hacerse con bici de montaña. Como anécdota mencionar que nos cayeron
unos copos de nieve, algo a lo que no estamos acostumbrados en el mes de septiembre.
Finalizamos este precioso descenso en el refugio des Mottets, donde nos reagrupamos puesto que en el descenso era más seguro dejar un poco de espacio entre unos y otros. Desde aquí nos disponemos a realizar unos pocos kilómetros por otro precioso valle que nos llevará hasta el albergue donde vamos a comer todos juntos.
Reponemos fuerzas con una buena comida italiana mientras comentamos la dureza de la etapa y lo que nos queda por realizar. Estos momentos en grupo son impagables y los echaremos mucho de menos.
Afrontamos la última subida de este reto: el Col de Roselend, puerto conocido por los aficionados al ciclismo al ser un clásico del Tour de Francia. Cogemos ritmo y, poco a poco, llegamos hasta la cima donde, una vez coronados sus 1.968 metros de altitud, aprovechamos la parada para realizar unas fotos de grupo, abrigarnos ante el largo descenso de más de 20 kilómetros que nos espera y disfrutar un poco más de las preciosas vistas.
Descendemos en grupo y hacemos una última parada para realizar una foto de grupo junto al bonito lago. A partir de aquí, disfrutamos del descenso cada uno a su ritmo y no nos volveremos a ver hasta Beaufort.
Una vez nos vamos juntando, no paramos de felicitarnos y repartir abrazos, las emociones al finalizar este reto son indescriptibles.
Testimonio de Manuel Larralde
Fecha: 16/09/17
Después de cinco exigentes etapas y con los cuerpos cansados, llega la última etapa del reto " Mont Blanc 2017". Nos despedimos de Courmayeur, precioso pueblo de los Alpes italianos con una larguísima y empinada cuesta de casi 20 kilómetros de recorrido y con una pendiente media del 9%, con rampas que superan el 25%. Empezar así hizo que el cansancio acumulado en nuestros cuerpos de los días anteriores nos pasara factura.
Así, para el kilómetro 8, mis glucemias (6) me pedían avituallamiento urgente. Un gel, una barrita energética y un poco de miel subieron mis valores de azúcar en sangre para poder continuar la ruta sin mayores problemas. Las primeras rampas de esta ascensión fueron de asfalto, después pasaríamos a caminos de grava, que nos hicieron bajar bastante el ritmo. En la parte siguiente entramos en un pavés muy deteriorado que, acompañado de un sol que calentaba muy bien, hizo que el sudor empapara nuestros cuerpos y que en alguna ocasión tuviésemos que echar pie a tierra para descansar, coger aire e hidratarnos bien.
Allí, en una pequeña cabaña llamada la Casermetta a 2.365 metros de altura , miramos nuestras glucemias de nuevo e hicimos cada uno las correcciones necesarias. Casi todos los del grupo azul, en el cual he pasado la mayor parte de este reto, nos alimentamos bien. De ahí al final del collado en el cual cruzaríamos la frontera para acceder de nuevo a Francia, sería un sendero de altísima dificultad y muy resbaladizo debido a las lluvias de días anteriores, que hizo que fuese imposible ciclar y tuviéramos que cargar con la bici al hombro durante aproximadamente 2 kilómetros, teniendo que regular paradas para coger fuerzas y un poco de aire, que era helador y acompañado de pequeños copos de nieve.
Una vez coronada la cima del día, 2.503 metros de altura, dijimos adiós a Italia y empezamos una bajada de las que más he disfrutado en este reto. Aluciné con la senda de bajada, el entorno era paradisíaco, las vistas nos dejaban boquiabiertos, nos acompañaban los copos de nieve... y aún teníamos ganas de disfrutar más, así que nos tiramos por esa bajada muy, muy resbaladiza, con ganas, con precaución y muy concentrados para no cometer errores que nos costaran un buen trompazo. Había muchísimo barro, bastantes piedras y unos baches considerables que nos hicieron llevarnos algún que otro susto.
Agradecí la doble suspensión de mi bicicleta para disfrutar cada metro de esta senda. Perdíamos altitud muy rápido debido a lo empinado del terreno. En el inicio, esta senda era un "búscate la vida" para poder salvar todas las trampas que nos tendía el terreno, luego mejoró bastante la senda convirtiéndose en una estrecha y disfrutona senda por la cual se ciclaba mucho mejor, con muchísimas curvas de herradura.
Al llegar a la parte final de esta bajada, el terreno era bastante más plano, con una pista más ancha que acabo siendo asfalto en buen estado. Llegamos a un pueblecito francés donde la organización nos había reservado una comida fantástica con unos espaguetis boloñesa, una mousse de chocolate deliciosa y después un reconfortante café, y además muy bien atendidos por unos amigables franceses. Nada más terminar de comer, tocaba ascender al Col de Roselend (24 veces ha pasado el Tour de Francia por ahí). La parte inicial fue una impresionante subida con curvas de 180 grados por un caminito en buen estado pero agotador.
Cuando termino este camino, reagrupamos y terminamos todos en bloque los últimos 4 kilómetros de este puerto por asfalto hasta alcanzar su cima con 1.970 metros de altitud. La parte final de esta etapa consistía en una bajada por asfalto de más de 20 kilómetros para alcanzar el pueblo de Beaufort, pueblo donde había empezado el reto el pasado lunes. En la bajada paramos en el lago de Roselend para capturar el momento con unas preciosas fotos del maravilloso lugar por el que pasábamos. A fuego, como se dice vulgarmente, terminamos esta rápida bajada hasta Beaufort.
Las características técnicas de esta etapa fueron 55 kilómetros y un desnivel positivo de casi 1.900 metros. Y con esto terminaba el reto Mont Blanc 2017, seguramente una de las mejores experiencias de mi vida. Nunca había disfrutado y sufrido tanto y tantos días consecutivos sobre una bicicleta de montaña. Quizás por eso vi, di, y sentí los abrazos y besos a todos mis compañeros de reto con más energía de la que me quedaba en el cuerpo. Emocionante final, eufóricos por haberlo conseguido, contentos por no haber sufrido bajas durante el reto y solo tener que contar con algunas magulladuras y golpes que decoran nuestros cuerpos sin grandes problemas.
Celebramos el final de un reto que estoy seguro recordaremos por mucho tiempo. Nuestro mejor premio fue los más de 34000 euros conseguidos en Holanda para financiar campamentos de niños con diabetes donados de forma altruista por muchas personas. Por último quiero agradecer a la Fundación Bas Van de Goor, a la Fundación para la Diabetes, a los sponsors, investigadores, doctores, guías y, por supuesto, a todos mis compañeros, el haberme dejado ser parte de este grandísimo reto del Mont Blanc 2017.
GRACIAS. Se os quiere.
Testimonio de Gorka Gamito
Fecha:15/09/17
Champex- Courmayeur. Salida a las 9:00 horas del albergue donde hemos descansado, (unos más que otros). Partimos con una glucosa alta, ya que entre el desayuno y el comienzo de la etapa hay mas de una hora de diferencia. No obstante, partimos con muchas ganas e ilusión para conseguir llegar al punto mas alto de todo el reto (2500 metros), el cual hemos tenido que superar a través de una senda extremadamente estrecha y resbaladiza junto con una gran pendiente en la que hemos tenido que echar pie a tierra, aunque por ello no nos hemos arrugado. En mi caso, los niveles de glucosa se han mantenido estables comiendo porciones pequeñas de barritas y gominolas con hidratos y azúcares, lo cual considero que es muy importante porque he observado que muchos compañeros toman de golpe barritas y/o geles enteros y después tienen subidas y bajadas bruscas, las cuales no son buenas para nuestro control glucémico y hemoglobina.
La ruta que hemos hecho constaba de 53 kilómetros con 2.400 metros de desnivel positivo, con una duración de 4,5 horas.
Despues de una vertiginosa y difícil bajada, llegamos a “meta”con una sensación de satisfacción y plenitud por completar esta ruta que nos ha sorprendido gratamente a pesar de la gran dificultad.
Queda una etapa y nos entra un poco de pena, ya que las vivencias, experiencias y anécdotas que entre todos hemos intercambiado llegan a su fin.
Personalmente me siento lleno, afortunado y agradecido de poder estar aquí aprendiendo de todos mis compañeros, sin olvidar al grupo de médicos y organizadores, sin ellos no sería posible. Mañana más y mejor.
Testimonio de Antonio Morentín
Fecha: 14/9/17
Anoche tuvimos una interesante charla sobre diabetes con el grupo y nuestros médicos Alberto y Elías. Un placer aprender de primera mano. Hoy, etapa desde Trient por puerto de la Forclaz a Martigny, anillo y subida a Champex. Os voy a contar algo de lo que hemos hecho.
En principio era buen día para quedarse contemplando los macizos del Montblanc desde la ventana junto a la chimenea, pero hemos venido a dar la vuelta al Montblanc en la bici y así poder aprender sobre el ejercicio y la diabetes. Tras el breafing y el reparto de grupos, me toca en el azul. En esta etapa nos han mezclado más con los holandeses, hoy era el único español aparte del Dr. Elías.
Como he comentado, no era el mejor día para la bici, pero hemos sufrido, aprendido y disfrutado. El perfil, como siempre, con pocos llanos. De entrada y en frío, una subidita de 13-20%. Después una bajada a Martigny. De la pluie... It was raining cats and dogs... ¡Una buena vuelta de agua! Después de la bajada acuática, subidita y bajada para Martigny de nuevo. Último tramo de bajada complicado. Comida y subidón a Champex.
Lo más positivo: Estamos aprendiendo, la mezcla de culturas, los paisajes... Hoy he intentado aprender holandés, pero de momento es complicado. Lo peor: Mis glucemias de hoy, que no he leído la etapa, la caída de Javi Goli, que Elías ha perdido sus super gafas y que a mí me ha caído una rama de un árbol justo delante.
Gracias a todos los organizadores, patrocinadores y fundaciones. Intentaremos mejorar la diabetes con la ayuda de todo el mundo y a través del deporte, que es esencial para mejorar la diabetes. No me quiero olvidar de mencionar a @Deporteanadi, sin ellos no hubiera continuado con los diferentes deportes que tanto me gustan. Un fuerte abrazo y gracias por dejarme vivir esta experiencia inolvidable.
Testimonio de Íñigo Glaria
Fecha: 14/09/17
Día 4: Trient-Champex. Justo pasado el ecuador del reto, y después de la caída de ayer, hoy toca un pequeño descanso y decido hacer la ruta verde.
Este descanso me va a venir bien también para recuperar glucógeno, ya que al ser celíaco es más complicado tener pan y pasta sin gluten en los sitios de parada, y las etapas anteriores han sido exigentes.
Partimos de Trient rumbo al Col de Forclaz por senda verde y a los 3 kilómetros hacemos la primera parada en el col, ya que las rachas de viento y lluvia nos invitan a ello. Aprovechamos la parada para un control glucemico y para un reconfortante café, servido de forma exquisita por tres valencianas y una portuguesa que trabajan en el hotel en la temporada de verano.
Volvemos a la bicicleta para descender por un sendero sin mayor complicación hasta Martigny, kilómetro 13 de la etapa. Como el tiempo sigue siendo lluvioso, decidimos acercarnos a una pizzería para ir a comer, aun siendo una hora temprana. Los 4 españoles y los 8 holandeses que hoy nos hemos juntado tenemos buen saque y en poco más de una hora estamos preparados otra vez para la intensa lluvia que no va a parar hasta casi el final de la etapa, eso sí, previa colocación de todo el ropaje que tenemos para evitar el frío y la lluvia.
El arranque parecía que iba a ser mejor, pero la preciosa senda que nos marcaba el track era más propicia para caminar y hemos tenido que hacerla andando hasta Le Bodeaux, llevando las bicis casi al hombro.
Una vez en Le Bodeaux, a unos 600 metros de altura, nos tocaba volver al asfalto para terminar la etapa. Nos esperaba una ascensión de 9 kilómetros con un desnivel de casi 900 metros por una carretera estrecha sin apenas tráfico y un valle precioso.
La lluvia no cesaba y el frío menos aún, y después del último control glucémico y un nuevo aporte energético, hemos ido ascendiendo por asfalto, cada uno a su ritmo. La entrada en Champex ha sido espectacular, por un sendero verde con raíces y con caudalosos barrancos que abastecen al lago del mismo nombre, todo ello con los primeros rayos de sol del día que nos han permitido ver la belleza de Champex, así como admirar los valles y cimas que lo rodean. La tarde se ha quedado con un cielo azul que promete para mañana una magnífica etapa reina de este gran Reto por la Diabetes, reto que tenemos la oportunidad de disfrutar y de cuya investigación espero se puedan obtener muchos y buenos resultados.
Testimonio de Marcos Lafuente
Fecha: 13/09/17
Hoy es el tercer día de la vuelta a Mont Blanc, empezando en Chamonix y terminando en Trient. El día ha empezado un poco nublado, como todos los días, y hemos empezado rodando por senderos y montes muy bonitos hasta pasado Argentiere, donde hemos comenzado a subir hacia el telecabina de Charamillon, a 1.849 metros de altitud, donde ha empezado a refrescar. Arriba del telecabina nos hemos reunido con el grupo holandés hasta el final del día.
Después hemos subido hasta los 1.997 metros de Col des Posettes, subida exigente con 100 metros de desnivel en 1 kilómetro, donde no hemos podido comer por estar el restaurante lleno de personas que subían y bajaban andando. Ha empezado a llover levemente y ya hemos cruzado la frontera suiza.
Aquí ha empezado para mí una bajada muy bonita, primero por un camino con muchas curvas en zig-zag para luego seguir en otra bajada por asfalto espectacular hasta la carretera que nos llevaba hasta Trient. Un día espectacular con 26,6 kilómetros y 1.324 metros de desnivel. En cuanto a los controles de azúcar, he tenido toda la mañana unos números correctos, desde el desayuno hasta Trient. Quiero agradecer a la Fundación Bas Van der Gor y a la Fundación para la Diabetes haberme dado la oportunidad de participar en esta espectacular y deportiva vuelta, y sobre todo a mi amigo Alberto por acordarse de mí y de mi hermano Cachuchi. A tod@s los compañer@s del reto, holandeses y españoles, nunca os olvidaré.
Testimonio de Javier Gómez
Fecha: Martes 12
Bueno, comienza el reto después de tan larga espera... Nervios y emociones se juntan al mismo tiempo. ¡Qué mejor manera de empezar que echando fotos de grupo y compartiendo unas risas! Pues nada, preparados para despegar con las bicicletas, aumentan los nervios y empezamos a subir la primera montaña, una subida muy emotiva porque no daba crédito a lo que estaba contemplando, parecía que estaba en el paraíso. Primera subida terminada, ahora prepados para el primer descenso por los senderos, algo alucinante y fuera del alcance de cualquier otro lugar, ¡los pelos de punta y la adrenalina a tope! Parada para comer y prueba capilar para comprobar glucemias.
Continúa la aventura y más de lo mismo, otro sendero y vuelta a tener la adrenalina a tope. Ya va quedando menos y, de vuelta al hotel, un hotel con encanto por sus vistas, no daba crédito a lo que había disfrutado en unas horas y solamente se me pasaba por la cabeza cómo sería la ruta del siguiente día. Sin duda alguna, es un regalo de Dios poder disfrutar de la bicicleta con todos estos grandes compañeros.
Testimonio de Javier Cenit
Fecha: Lunes 11
Hoy hemos vivido la primera etapa de Reto Rueda por la Diabetes al Mont Blanc. Después del aperitivo con vistas que nos ofreció el viaje en coche desde el aeropuerto de Suiza a Beaufort, la etapa de hoy no ha sido menos, y es que este entorno es increíble.
Desde la salida del hotel con sede en Beaufort (Francia) hasta la llegada a Sant Gervais, hemos disfrutado de una jornada del más puro mountain bike.
Tras ascender el puerto y llegar a la cima de Col du Joly, muy exigente, con unos 1.200 metros de altitud, nos hemos reagrupado y hemos disfrutado de una bajada por un bike park. Este se desarrollaba por unas pistas espectaculares, llenas de bajadas rápidas, senderos técnicos, elementos artificiales... Ha sido una bajada super divertida que ha finalizado en la población de Les Contamines, una localidad con mucho encanto. Justo en esta localización hemos aprovechado para almorzar y juntarnos con los demás grupos, ya que al principio de la jornada fuimos distribuidos en grupos según del nivel de cada uno.
Tras el almuerzo, continuamos con la ruta. Nos quedaban 14 km y nos esperaba un puerto de unos seis kilómetros con un desnivel de 16% en las zonas más duras e increíbles vistas del majestuoso Glacie du MontBlanc. Esta segunda etapa finalizó en el hotel con sede en Saint Gervais, tras 45 km y 1.456 m de desnivel acumulado.
Hoy la meteorología ha estado a nuestro favor y hemos podido disfrutar de un gran día, tengo que cruzar los dedos para mañana.
En lo que respecta a mi diabetes, no ha sido igual de bonito todo. Por un fallo de estrategia en la pauta de insulina, un mal cálculo de las raciones del desayuno y de la comida y una mala lectura del perfil, las glucemias no han sido lo que yo esperaba. Estoy seguro de que esto va a mejorar durante el reto. Intentaré llevar mi diabetes lo mejor posible.
Desde estas líneas quiero agradecer a la Fundación para la Diabetes y a la Bas van de Goor Foundation la gran oportunidad que nos están brindando, con una organización excelente y un mejor trato a todos los participantes. Personalmente les voy a estar eternamente agradecido por esta oportunidad que está siendo una experiencia que jamás olvidaré.