"Aprovecharemos para aprender, y enseñar, de todas las experiencias de cada uno"
Reto: Rueda por la Diabetes a Mont Blanc.
Iñigo Glaria.
Hasta que tuve 18 años la práctica del deporte era habitual en mi día a día, siempre estuve ligado tanto a deportes de equipo, baloncesto o balonmano, como a deportes individuales como el atletismo, el senderismo o el andar en bici. No había día que no me pusiera de corto para una sudada.
A los 18 años con la mayoría de edad, dejé mi casa y mi pueblo para seguir con mis estudios y todo cambió. Las circunstancias de estar fuera de casa, de tener que cambiar los hábitos de estudio, los hábitos de practicar deporte, … acarrearon que en los tres primeros meses sucediera algo que nada a mi alrededor conocía; tenía un hambre voraz, la sed era insaciable, estaba agotado todo el día, los calambres nocturnos eran una constante, y no había manera de parar la pérdida de peso. Acudí al médico de cabecera exponiéndole mi problema, pero su receta fue la de darme unas vitaminas para poder ir tirando.
Tenía un hambre voraz, la sed era insaciable, estaba agotado todo el día, los calambres nocturnos eran una constante, y no había manera de parar la pérdida de peso.
Al mes de ese primer diagnóstico, el empeoramiento no paró y mis padres tuvieron la gran idea de acudir a un médico privado para que me hiciera un análisis de sangre, cuyo resultado seguro que todos ya lo esperáis!!!
Ese fue mi debut en la diabetes tipo I, un mundo desconocido en ese momento pero que poco a poco he podido ir conociendo, y del que todavía nos queda mucho que conocer y más por mejorar.
Los primeros años fueron difíciles, ya que estaba fuera de casa, en una ciudad que no era la mía, pero realizando un gran esfuerzo en ir conociendo la enfermedad de manera autodidacta casi y apoyándome sobre todo en el deporte.
Cuando terminé los estudios y me instalé definitivamente en Pamplona, la cosa cambió; ya que además de conocer a mi pareja, sin cuyo apoyo y aguante hoy no estaría escribiendo estas palabras, fui conociendo la Asociación de Diabéticos de Navarra (ANADI), que poco a poco ha empezado a ser un apoyo fundamental y sobre todo una nueva familia, en donde, todo aquel que se arrima es recibido con los brazos abiertos y en donde las historias de cada uno de los diabéticos es una experiencia nueva para el resto, de forma que permite aprender y prepararse para dar sabios consejos a todos los nuevos debutantes.
Una vez que empecé a trabajar, el deporte volvió a ser una rutina en mi vida, saliendo de 3 a 4 veces por semana a correr, andar en bici, nadar, hacer senderismo, jugar a padel, … y hará cosa de 3 años me apunté a un seminario de deporte y diabetes organizado por ANADI. En ese seminario fue cuando me engancharon, entre otros, tres personas que van a compartir esta fantástica experiencia conmigo.
El año pasado dos de estas personas tuvieron la oportunidad de estar en el desafío de los pirineos, y me quedé con muchísimas ganas de poder haber acudido también. Nos contaron que la experiencia había sido buenísima y que era una ocasión que no se podía perder.
A finales de diciembre, me comentaron que este año se iba a celebrar algún desafío similar y enseguida les dije que si hubiera alguna posibilidad de ir, yo me apuntaba. Está claro que para todos es una oportunidad increíble el poder acudir a una cita como ésta por lo que a pesar de tener una gran ilusión, era realista y sabía que iba a ser complicado que contaran conmigo.
Pero un buen día recibí una llamada que me sobresaltó el corazón, me indicaron la posibilidad de que me invitaran a acudir al Mini Reto de este año del Bierzo si es que quería, y no tardé ni un segundo en darles la contestación, ¡¡¡¡CLARO QUE SÍ!!!! Es una oportunidad que no se puede rechazar, ya que el compromiso de las personas que están ligadas a este reto, así como los motivos del propio reto son más que suficientes para poder aprender muchísimo de las experiencias que todos y cada uno de nosotros va a poner en común.
Es una oportunidad que no se puede rechazar, el compromiso de las personas que están ligadas a este reto y propio reto son motivos más que suficientes para poder aprender muchísimo de las experiencias que todos y cada uno de nosotros va a poner en común.
Pero no sólo era el Mini Reto del Bierzo; la invitación también era para el Tour du Mont Blanc, lo que hacía esta experiencia aún más apetecible y a la que la respuesta no podía ser negativa. Es una oportunidad ÚNICA que pocas veces se presenta y que no se puede dejar escapar.
Lo que espero de este mini-reto es que los futuros nuevos embajadores de la Bas Van de Goor Foundation seamos dignos sucesores de los actuales, que son quienes nos han involucrado en este proyecto sin igual. Aprovecharemos para aprender y enseñar de todas las experiencias de cada uno y para poder demostrar a todo el mundo que la diabetes y el deporte se necesitan el uno del otro.
Un saludo y nos vemos pronto.