No comas mejor, deja de comer peor
Del artículo científico publicado en la edición de junio de 2017 de la revista American Journal of Clinical Nutrition por el doctor Lukas Schwingshackl y sus colaboradores puede extraerse la conclusión de que tiene más sentido disminuir el consumo de alimentos insanos que aumentar el de los saludables.
El objetivo de la revisión de Schwingshackl y su equipo (metaanálisis de estudios prospectivos) ha sido sintetizar el conocimiento disponible sobre la relación que existe entre la ingesta de doce grupos de alimentos con el riesgo de mortalidad por todas las causas. Su estudio tiene mucha relevancia, dado que una dieta sana es, según leemos en el artículo “uno de los factores más importantes en la prevención de la muerte temprana y la discapacidad en todo el mundo”. Estiman que el 70% de la mortalidad es atribuible a enfermedades no transmisibles, cuya relación con el estilo de vida (y eso incluye el patrón de alimentación) es incuestionable. Añaden, además, el siguiente cálculo: las personas que no fuman, son físicamente activas y siguen un patrón dietético saludable suelen vivir de 10 a 15 años más, de media, que el resto. No solo es cuestión de vivir más, desde luego, sino más bien de vivir mejor, es decir, con mayor calidad de vida, algo que también se observa en quienes siguen un buen estilo de vida.
Los doce grupos de alimentos que los investigadores relacionaron con el riesgo de mortalidad fueron los granos integrales, los refinados, las hortalizas, las frutas, los frutos secos, las legumbres, los huevos, los lácteos, el pescado, la carne roja, la carne procesada y las bebidas azucaradas.