La incapacidad de almacenar las grasas de forma segura eleva el riesgo de diabetes
Un estudio genético a gran escala ha proporcionado una fuerte evidencia de que el desarrollo de resistencia a la insulina --un factor de riesgo para la diabetes tipo 2 y ataques cardiacos y una de las principales consecuencias adversas de la obesidad-- resulta del fracaso de almacenar con seguridad el exceso de grasa en el cuerpo.
Cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina, los niveles de azúcar en la sangre y los lípidos aumentan, incrementándose el riesgo de diabetes y enfermedades del corazón. Sin embargo, no está claro en la mayoría de los casos cómo surge la resistencia a la insulina y por qué algunas personas se vuelven resistentes, sobre todo cuando tienen sobrepeso, mientras que otras no.
Un equipo internacional liderado por investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, estudió más de dos millones de variantes genéticas en casi 200.000 personas para buscar enlaces a la resistencia a la insulina. En un artículo publicado en 'Nature Genetics', informan de 53 regiones del genoma asociadas con la resistencia a la insulina y un mayor riesgo de diabetes y enfermedades del corazón; con sólo 10 de estas regiones que se han vinculado previamente a la resistencia a la insulina.