La obesidad, una dolencia crónica que precisa atención personalizada y multidisciplinar
Los internistas recuerdan en el día mundial de la enfermedad que la prevalencia de la obesidad crece ininterrumpidamente en España desde 1980, donde el 23,8% de la población es obesa, lo que significa que 1 de cada 4 adultos convive con ella.
Los médicos internistas piden que la obesidad sea reconocida, d”e una vez por todas, como una enfermedad crónica, compleja y recidivante, basada en un exceso de adiposidad, que desencadena diversas enfermedades graves”. Las personas que conviven con ella “merecen ser diagnosticadas y tratadas de forma integral y multidisciplinar, con todos los recursos humanos y materiales necesarios en función del estadio de su enfermedad”, aseguran. En ese sentido demandan también la implementación de rutas asistenciales propias, que les garanticen una atención justa y equitativa.
Desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) incide en este mensaje, que ha reclamado en sucesivas ocasiones, con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se celebra este martes se considera que “ha llegado la hora de reaccionar ante la obesidad, que debe ser reconocida como lo que es: una enfermedad crónica, compleja y recidivante. Como sociedad y sistema sanitario, hemos de dejar de mirar hacia otro lado y ofrecer a las personas el acompañamiento y la atención integral, multidisciplinar, de calidad y personalizada que merecen”, destaca Alfredo Michán, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Obesidad, Diabetes y Nutrición (DON) de la SEMI.
La obesidad se debe definir, como indica la nueva definición de The Lancet, como el exceso de adiposidad, con o sin alteraciones en la función y distribución del tejido adiposo, por causas multifactoriales no siempre conocidas. Para diagnosticarla ya no basta el índice de masa corporal (IMC), que lleva a subestimar o sobreestimar los diagnósticos.
Des esta manera, se plantea que son necesarios otros criterios, más sensibles y específicos para lo que buscamos, valorar el exceso de adiposidad: la medición directa de la grasa corporal, cuando sea posible; al menos un criterio antropométrico (como medir la circunferencia de la cintura o la relación cintura-cadera), usando puntos de corte validados por edad, género o etnia; y asumir directamente el exceso de adiposidad, sin confirmación adicional, en los casos de un IMC >40 kg/m². Además, para diagnosticar la obesidad clínica, debe haber una reducción de la función de los órganos o tejidos, (como la apnea del sueño, la enfermedad renal, la artrosis o la insuficiencia cardiaca), y/o limitaciones significativas en las actividades básicas de la vida diaria, como tener dificultades de movilidad, en el aseo, vestimenta o la alimentación.