Obesidad y desnutrición, un doble desafío para la salud
La obesidad y la desnutrición pueden coexistir: una alimentación equilibrada y la suplementación adecuada son clave para una pérdida de peso saludable y segura
La obesidad es una epidemia global en constante crecimiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 39% de los adultos en el mundo tienen sobrepeso u obesidad. Sin embargo, más allá del exceso de peso, existe un problema menos visible pero igualmente preocupante: la desnutrición asociada a la obesidad.
Las dietas restrictivas y la falta de apetito por el uso de los fármacos para la pérdida de peso pueden generar deficiencias o desnutrición. En este sentido, mejoras en los hábitos nutricionales, el incremento de la actividad física y el consumo de complementos especializados facilitan una pérdida de peso saludable y sostenible.
Obesidad y desnutrición: dos caras de la misma moneda
A pesar de lo que pueda parecer, muchas personas con obesidad presentan deficiencias nutricionales importantes. Se estima que entre el 30% y el 50% de estos pacientes tienen déficits de vitaminas y minerales esenciales como la vitamina D, B12, hierro y folatos. Este fenómeno, conocido como malnutrición oculta, ocurre porque se suelen llevar a cabo dietas hipercalóricas con una selección de alimentos poco nutritivos, afectando la salud metabólica, la función inmune y la energía diaria.
Innovaciones en el tratamiento de la obesidad: beneficios y desafíos
El desarrollo de fármacos innovadores, como los agonistas del GLP-1 (semaglutida, tirzepatida), ha cambiado el panorama del tratamiento de la obesidad. Estos medicamentos han demostrado reducciones de peso del 15-20% y mejora de las patologías asociadas, pero también han puesto en evidencia la necesidad de un seguimiento nutricional adecuado.
Su uso puede ser una herramienta eficaz para combatir el sobrepeso, la obesidad y sus comorbilidades. Sin embargo, se debe tener en cuenta los riesgos asociados, como el potencial déficit de nutrientes, derivado de la falta de apetito o de las restricciones alimentarias, o la pérdida de masa y función muscular esquelética que puede acompañar a una reducción rápida y significativa de peso. Sin una suplementación adecuada, el impacto en la salud puede ser significativo.