Qué le pasa al cuerpo cuando se lleva una vida sedentaria
En la era moderna, uno de los mayores peligros para la salud no proviene de enfermedades infecciosas ni de condiciones médicas complejas, sino de algo aparentemente inofensivo: la inactividad. Pasar largos periodos sentados puede parecer inofensivo, pero estudios recientes demuestran que ser sedentario puede ser más perjudicial para la salud de lo que se pensaba anteriormente. Este estilo de vida incrementa el riesgo de enfermedades crónicas y también puede reducir significativamente la esperanza de vida.
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition que abarcó más de 300 mil personas reveló que llevar una vida sedentaria es un riesgo significativo para la salud. Los autores del estudio encontraron que la inactividad física se asocia con un aumento en el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, también descubrieron que incluso una pequeña cantidad de ejercicio, equivalente a una caminata rápida de 20 minutos al día, podría reducir el riesgo de muerte prematura en un 16 a 30 por ciento en personas inactivas.
Otro estudio, publicado en JAMA Network Open, encontró que las personas que pasan la mayor parte del día sentadas en el trabajo tienen un 34% de riesgo de enfermedad cardiovascular y un 16% más de riesgo de muerte por todas las causas en comparación con aquellas que no pasan la mayor parte del día sentadas. Estos hallazgos muestran la importancia de la actividad física regular y cómo incluso pequeñas modificaciones en el comportamiento pueden tener un impacto significativo en la salud.
Efectos negativos de la inactividad
La inactividad física tiene consecuencias profundas que van más allá del simple aumento de peso o la pérdida de tono muscular. Un estilo de vida sedentario puede tener efectos perjudiciales en casi todos los sistemas del cuerpo. El sistema cardiovascular es uno de los más afectados; la falta de movimiento puede llevar a una disminución de la circulación sanguínea, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, estar sentado durante largos periodos se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y niveles elevados de colesterol.