Roque Cardona hernández
Licenciado en Medicina y especialista en Endocrinología Pediátrica.
Roque Cardona Hernández es licenciado en Medicina por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Realizó la especialidad de Pediatría en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife) y el Máster de Endocrinología Pediátrica en el Hospital Vall d´Hebron (Barcelona).
Desde el año 2008 es médico adjunto en la Sección de Endocrinología Pediátrica del Hospital Materno-Infantil Sant Joan de Déu (Barcelona). Es miembro de la Sociedad Internacional de Diabetes Pediátrica y del Adolescente (ISPAD) y de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
Desde 2011 colabora además con el programa de la Federación Internacional de Diabetes dirigido a jóvenes con Diabetes (Diabetes Young Leaders Program). Ha participado en campamentos para niños y jóvenes con diabetes en Gran Canaria, Tenerife, Cataluña y en 2 ocasiones en el programa de campamentos de la Clínica Joslin de Boston (EEUU).
Además es el autor principal del estudio “Control metabólico en niños con diabetes tipo 1 pertenecientes a familias inmigrantes y factores socioeconómicos asociados” patrocinado por la Fundación para la Diabetes.
Hola, en primer lugar felicidades por el cambio de actitud hacia tu diabetes. Aunque todavía no conocemos con total certeza todos los factores que condicionan la aparición de complicaciones en la diabetes, existe suficiente nivel de evidencia científica para decir que un buen control de la glucosa en sangre permite postponer y prevenir las complicaciones. El estudio más famoso que lo puso de manifiesto fue el DCCT (Diabetes Control and Complication Trial) donde se demostró que la disminución de los valores de HbA1C asociada a un tratamiento intensivo retrasaba o evitaba las complicaciones. De aparecer, las complicaciones aparecen cuando han transcurrido muchos años de la enfermedad (generalmente más de 30 años de enfermedad). El estudio EDIC demostró, no obstante, que existe una “memoria de la hiperglucemia” y que por tanto el efecto de tener niveles altos de HbA1C en la infancia puede arrastrarse en la edad adulta y condicionar un aumento en el riesgo de aparición de complicaciones. Sin embargo, también se ha demostrado que cada unidad porcentual de disminución de HbA1C conlleva un aumento considerable del tiempo que tardan en aparecer dichas complicaciones, incluso si la HbA1C sigue siendo alta. Para saber si padeces algún tipo de complicación, es importante que una vez al año te realicen un examen de fondo de ojo y de función renal, ya que una detección precoz de estos problemas hace que puedan instaurarse medidas que eviten que este daño progrese y no repercuta en la calidad de vida.
Muchas gracias por tu interesante pregunta Javier. Las células pluripotenciales (conocidas como “células madre”) tienen la facultad de poder diferenciarse (tratándolas de una forma adecuada) para convertirse en células productoras de insulina y constituyen a día de hoy una esperanza para una cura de la diabetes. En el caso de las células de cordón umbilical tienen una serie de ventajas comparadas con otras fuentes de células madre: 1) su almacenamiento seguro; 2) una importante capacidad para no haber estado en contacto con antígenos (células naive) con mayor plasticidad y menores ratios de enfermedad de rechazo de injerto contra el huésped y 3) gran potencial regenerativo comparado con células madre adultas. Entre los inconvenientes destacan: 1) dificultad para la recolección de un número grande de células y 2) la necesidad de más estudios a largo plazo para confirmar su utilidad. Las células se obtienen al nacimiento directamente de 60-80 cc de cordón umbilical y son preservadas en hielo hasta un tiempo que puede llegar a 20 años. En Florida (EEUU), Halle y colaboradores publicaron datos a partir de un ensayo clínico con 15 pacientes (entre 1-18 años) con reciente diagnóstico de diabetes tipo 1 que recibieron una inyección única endovenosa de células autólogas (del mismo paciente) procedentes de cordón umbilical y sin administración de fármacos inmunosupresores. Estos pacientes disminuyeron sus dosis de insulina y mejoraron el control metabólico sin efectos secundarios adversos aunque la diabetes no se curó. En una actualización de este estudio publicada hace unos meses, los autores informan de un fracaso en la producción de insulina por parte de las células trasplantadas. En la actualidad se lleva a cabo otro ensayo clínico en Alemania aún en fases preliminares con pacientes recientemente diagnosticados de diabetes tipo 1 y trasplante con células madre procedentes de cordón umbilical. Estas terapias a día de hoy son una puerta a la esperanza, pero aún desconocemos datos relativos a su eficacia y seguridad y por tanto no son una opción terapéutica disponible fuera de proyectos de investigación.
Gracias por tu pregunta. La terapia con bombas de insulina constituye una interesante opción terapéutica para los pacientes con diabetes tipo 1. Entre las ventajas de este tratamiento se encuentran: 1.) Administración más fisiológica de insulina, es decir más parecida a la secreción de insulina del páncreas de una persona que no tiene diabetes; 2) Adaptación de la administración al tipo de ingesta; 3) Flexibilidad en el estilo de vida y horarios; 3) Dosificación de cantidades pequeñas de insulina (a veces de hasta 0.025-0.1 unidades); 4)Distintas velocidades de infusión basal para distintos periodos del día y la noche; 5) Posibilidad de usar disminuciones o aumentos de la cantidad basal de insulina (basal temporal) durante y después del ejercicio y 6) Fácil adecuación a los cambios de huso horario. Entre los inconvenientes se encuentran que: 1) Es un dispositivo que debe llevarse adherido al cuerpo durante 24 horas; 2) Existe riesgo de desarrollar cetoacidosis de instauración rápida si se detiene la infusión por obstrucción del catéter (para prevenirlo es necesario realizar controles frecuentes de glucemia y así poder detectarla) y 3) coste económico más alto. Pese a que los estudios no han demostrado claramente que la HbA1C mejore significativamente respecto a los pacientes con múltiples dosis de insulina, parecen existir beneficios en lo que se refiere a la calidad de vida, disminución de hipoglucemias graves y mejora de la variabilidad glucémica. En nuestro centro consideramos que cualquier paciente puede ser candidato a tratamiento con bomba de insulina, independiente de la edad del paciente. Entre los distintos requisitos que distintas sociedades proponen para la instauración de una terapia con bomba de insulina se encuentran que: 1) La decisión de iniciar la terapia debe recaer en el pediatra endocrinólogo y los padres/cuidadores del niño (¡la opinión del niño también importa!); 2) Que los padres deben estar motivados y tener expectativas realistas y ser capaces de proporcionar cuidados suficientes (cuantificación de hidratos de carbono, realización de >4-5 controles días y atención al sistema de infusión) y contar en el hospital con un equipo multidisciplinar experimentado en diabetes pediátrica con facilidad de contacto y acceso 24 horas tras instauración de la terapia. En general los lactantes y niños pequeños son los que más parecen beneficiarse de este tipo de terapia, aunque puede estar indicada para cualquier edad.
Muchas gracias por la pregunta. Cuando una persona es diagnosticada de diabetes inicialmente suelen ser necesarias dosis elevadas de insulina porque el cuerpo en ese momento es poco sensible a la insulina. Una vez que el nivel de azúcar en sangre se mantiene normal durante un tiempo, las células beta del páncreas comienzan nuevamente a producir insulina en pequeñas cantidades, lo cual permite bajar las dosis. Con frecuencia, la producción de insulina del páncreas sigue aumentando durante un tiempo. Si en un determinado momento se hace necesario disminuir la dosis diaria de insulina a 0.5 U/Kg de peso corporal o menos y la HbA1C tiene un valor similar al de las personas sin diabetes (<7%), se dice que se ha entrado en fase de remisión (también llamada fase de luna de miel). Normalmente la fase de remisión dura de 3-6 meses, aunque a veces se extiende a un año o más. Por lo general varía de persona a persona (en los niños menores de 5 años tiende a ser muy corta), pero en niños y jóvenes lo normal es que a los 2-4 años no quede ninguna secreción residual del páncreas. Durante la fase de remisión puede ser necesario reducir mucho la cantidad de insulina y en algunos casos incluso a suspender todas las inyecciones. Por lo general, el tratamiento intensivo con insulina aunque sea en dosis bajas, permite alargar el tiempo de fase de remisión. Coincido contigo en que es muy frustrante no poder hacer nada para que un niño no pierda las células beta del páncreas que le quedan. Existen ensayos clínicos con distintos tipos de terapias inmunosupresoras que investigan si puede detenerse el proceso de destrucción de las células beta, pero la participación en alguno de estos centros implica la incertidumbre de no conocer la efectividad o la seguridad de esas intervenciones todavía.
Muchas gracias por tu pregunta. En el caso de ser una diabetes tipo 1 (tenga o no estudio positivo de anticuerpos) indefectiblemente acabará necesitando insulina para su control. Por lo general el endocrinólogo de su hijo valorará si con la evolución y dependiendo de las necesidades de insulina y el comportamiento de sus controles es necesario realizar alguna otra prueba por si se trata de algún tipo de diabetes monogénica.
Muchas gracias por tu interesante pregunta. En ocasiones observamos que muchos pacientes refieren subidas de azúcar con la realización del ejercicio físico. Las causas pueden ser variadas. En primer lugar, algunos niños y jóvenes disminuyen mucho la cantidad de insulina o aumentan mucho la ingesta de hidratos de carbono previo al ejercicio por miedo a que se produzca una hipoglucemia durante el deporte. Por otra parte, interviene también el tipo de deporte y el momento del día en que se realiza. Durante los primeros momentos del ejercicio (sobre todo si es un ejercicio de alta intensidad) todas las personas (tengan o no diabetes) liberan hormonas contrainsulares como la adrenalina y el glucagón que hacen que se libere glucosa procedente del glucógeno del músculo y el hígado y en consecuencia pueda aumentar transitoriamente el nivel de azúcar. Conforme el ejercicio aumenta en duración, la sensibilidad a la insulina aumenta y la glucosa puede ir bajando. En adolescentes que tienen diabetes, coexiste una importante resistencia a la insulina motivada por estas y otras hormonas contrainsulares. En cualquier caso esta hiperglucemia traduce que es necesaria una mayor cantidad de insulina. Recomiendo que consulte con el endocrinólogo de su hijo al respecto.
Muchas gracias a ti por la pregunta. En general, para todas las personas, tengan o no tengan diabetes comer dulces de forma habitual y continua no es saludable, ya que aportan calorías vacías y pueden producir caries. En nuestro centro somos partidarios de que los niños con diabetes puedan comer dulce de forma ocasional (por ejemplo una fiesta) siempre y cuando lo realicen de forma responsable (aumentando la cantidad de insulina, sustituyéndolos por otro tipo de hidratos de carbono de la dieta o cuando vayan a hacer algún ejercicio físico) para que no tengan reflejo en un aumento de la glucosa en sangre. Respecto a su hijo, aunque no está obeso, sus requerimientos de insulina son elevados, lo cual no es peligroso pero traduce que pudiera existir un cierto grado de resistencia a la insulina, en cuyo caso no es muy recomendable abusar de los dulces. Recomiendo que consulte a su endocrinólogo que seguro podrá recomendarle de una forma más precisa.
Muchas gracias por tu interesante pregunta. El tratamiento con hormona de crecimiento es una terapia que se emplea para casos de talla baja que cumplen unos determinados criterios y cuya prescripción en España debe estar avalada por un informe favorable de un comité de expertos. Aunque la diabetes tipo 1 no es una contraindicación absoluta para el tratamiento con hormona de crecimiento, su endocrinólogo deberá valorar cuidadosamente el riesgo-beneficio de instaurarla ya que su utilización condiciona una resistencia a la insulina y un posible aumento del riesgo de complicaciones metabólicas.
Muchas gracias por tu pregunta Eliana. Lo que recomiendan las distintas guías clínicas es la realización de un examen de fondo de ojo anualmente, preferiblemente mediante retinografía. En el caso de aquellos niños que han debutado con 9 o más años, el primer examen de fondo de ojo debe realizarse tras dos años de evolución de la diabetes. En el caso de niños que hayan debutado con menos de 9 años el primer examen de fondo de ojo se realizará a los 9 años cuando hayan cumplido más de 5 años de evolución de su diabetes.
La pregunta que realizas es muy interesante. El cuerpo humano es una máquina perfecta y como tal resulta muy difícil de imitar. Son muchos los factores biológicos que condicionan los valores de glucosa en la sangre (neuropéptidos cuya secreción está condicionada por factores de ánimo, modificación de la absorción de alimentos por grasas y proteínas, resistencia a la insulina mediada por infecciones, el estrés, el crecimiento y la maduración sexual, ejercicio, alimentación,…). Por tanto, aunque para un manejo racional de la diabetes manejemos unas pocas variables (ingesta de hidratos de carbono, insulina y ejercicio físico) son muchas las que influyen en los valores de azúcar y por tanto es literalmente imposible encontrar una relación causa-efecto en todas las ocasiones. Eso no quiere decir que renunciemos a preguntarnos si el resultado hubiese sido otro si se hubieran hecho las cosas de otra manera, pero siempre con actitud positiva. Lo importante en este caso es conseguir el mejor control posible en el niño sin que ello implique una desestructuración importante de la vida (“vivir con la diabetes y no para la diabetes”)
Gracias por la pregunta. Para poder contestar la pregunta correctamente sería necesario conocer el tipo y perfil de insulinas que lleva su hijo. No obstante, los niños pequeños (que no han iniciado pubertad) se caracterizan por tener un aumento de la sensibilidad a la insulina durante la segunda parte de la noche, motivado por disminución de la producción de glucosa en el hígado.
Gracias a ti por la pregunta. La diabetes tipo 1 no es hereditaria, aunque sí puede existir una cierta predisposición genética a padecerla. Según datos de un estudio, sólo un 2-3% de los niños con diabetes tipo 1 tenía antecedentes de diabetes tipo 1 en algún progenitor y un 4-5% en algún hermano. En el caso de gemelos idénticos el riesgo de que el otro hermano la padezca si hay uno afecto aumenta al 50-70%. No es posible detectar genes afectos y por supuesto no cabe la selección de embriones, además de por esto último por aspectos éticos y legales.
No existe una asociación en la literatura científica entre hiperglucemia e hiperactividad. Cada persona tiene su forma de sentir y expresar la hiperglucemia: unos se sienten cansados y otros están más activos. Gracias por tu pregunta.
Tengo una niña de 9 años que tiene diabetes tipo 1, utiliza insulina 3 veces al día, quisiera saber si no existe otro tratamiento o forma de reemplazar la insulina que no sea inyectable o diaria. Saludos.
Gracias por tu pregunta Fernando. Los valores de HbA1C aunque son individualizables dependiendo de la edad y las características concretas de la persona, deben ser lo más próximos a 7% sin hipoglucemias. Es cierto que durante la adolescencia esos valores son difíciles de conseguir y es más frecuente que haya desajustes condicionados por la resistencia a la insulina y la rebeldía propia de esa etapa de la vida, pero ello no quita que haya que intentar disminuir ese valor de HbA1C a toda costa.
Muchas gracias a ti por la pregunta. La diabetes en los niños muy pequeños como Pablo plantea dificultades para el control: los niños pequeños son muy sensibles a la insulina y además esa sensibilidad es mayor durante la noche; por otra parte los hábitos de comida son a veces caprichosos y la actividad física difícil de predecir; además a esas edades son más frecuentes las infecciones cuando acuden a la guardería y el crecimiento puede condicionar variaciones en sus necesidades de insulina. Es importante que a esa edad realices determinaciones frecuentes de glucemia y que además consultes con su endocrinólogo las mejores opciones de tratamiento para Pablo. En nuestro centro para niños de esas edades y con diabetes muy difíciles de manejar tenemos buena experiencia con la terapia con bomba de insulina, pero debe ser en último término su endocrinólogo quien decida que tratamiento es el más conveniente para él (ver pregunta 3). También es posible que pueda beneficiarse de la colocación de un sistema de monitorización de glucosa intersticial continua que nos ayudan a detectar patrones y permiten ajustar la pauta de insulina. Respecto a la segunda pregunta, confío en que algún día los niños con diabetes dejen de inyectarse en insulina pero para ello es necesario que todos los actores -instituciones políticas y sanitarias, médicos, pacientes y familiares- nos concienciemos que es muy necesario promover la investigación.
Gracias por la pregunta. En efecto de la menstruación puede alterar el nivel de glucosa. De hecho, muchas niñas notan que su nivel de glucosa aumenta los días previos a la menstruación. Este hecho ha sido constatado en diversos estudios, llegando a reportarse hasta diferencias de 3 unidades de insulina en la fase premenstrual respecto a la mitad del ciclo. Sin embargo, durante los primeros días de la menstruación los requerimientos de insulina pueden bajar, predisponiendo a la hipoglucemia. Dado que no hay un patrón fijo, es muy importante intensificar el número de controles de glucosa en sangre durante esos días, haciendo los ajustes adecuados, aumentando las dosis en los días anteriores a la misma y disminuyéndolas nuevamente los días siguientes. Por otro lado, tenga presente que si no hay un buen control previo de la diabetes es más frecuente que la adolescente pueda presentar trastornos menstruales (cuanto más alta sea la HbA1C es más probable que haya trastornos menstruales).
Muchas gracias por la pregunta. A día de hoy, ningún complemento alimenticio ha demostrado que mejore los valores de glucemia en la diabetes tipo 1. El único tratamiento es la insulina.
Muchas gracias por la pregunta. El tratamiento intensivo de la diabetes tipo 1 con múltiples dosis de insulina para una niña de 10 años implica, entre otros aspectos, la inyección de varias dosis de insulina rápida además de 1-2 inyecciones de análogos de acción prolongada. En nuestra experiencia la mayor parte de los niños de esta edad requieren 4-5 inyecciones de insulina rápida. Por lo que describe, los valores antes de las comidas son buenos pero los postprandiales (después de las comidas altos). Es importante que consulte a su pediatra en este sentido por si fuera necesario retocar la dosis de insulina rápida de antes de las comidas (y/o la de análogo de acción lenta). También es necesario que consulte la actuación cuando vaya a hacer ejercicio físico, por si fuera necesario modificar las dosis de insulina y/o aumentar las dosis de hidratos de carbono.