Ejercicio físico y deporte
El niño, y el adolescente, con diabetes debe realizar ejercicio como cualquier sujeto de su edad. La diabetes permite la realización de cualquier tipo de ejercicio, pero siempre hay que realizarlo en las condiciones adecuadas; y éstas deben ser conocidas por el profesor que supervise las actividades.
El ejercicio físico provoca los siguientes efectos:
El ejercicio aumenta el consumo de glucosa por el músculo y hace que disminuya la glucemia mientras éste se realiza, pero también aumenta el riesgo de hipoglucemia en las horas sucesivas, y hasta 18 horas después, sobre todo en los ejercicios intensos no habituales, ya que aumenta la sensibilidad a la insulina.
Lo razonable es que el niño con diabetes controle su glucemia capilar antes de hacer ejercicio y tenga en cuenta las siguientes normas generales que habrá que individualizar en cada caso en función de las instrucciones que aporten los padres.
Normas generales:
ANTES DEL EJERCICIO
Medirse la glucemia y:
- Si está entre 100 y 200 mg/dl. Iniciar el ejercicio normalmente
- Si está entre 70 y 100 mg/dl. Tomar alimentos glucídicos antes de empezar el ejercicio (p. ej. zumo de frutas)
- Si presenta síntomas de hipoglucemia No empezar
- Si está a 250 mg/dl. o más No realizar el ejercicio
- Si el ejercicio es prolongado Tomar un suplemento de 10 a 15 gr. de hidratos de carbono cada media hora durante el ejercicio (p. ej.: galletas o palitos de pan)
DURANTE EL EJERCICIO
Durante el ejercicio el niño tiene que tener un acceso fácil a la glucosa u otro hidrato de carbono que sirva para tratar o prevenir la hipoglucemia.
DESPUÉS DEL EJERCICIO
El niño con diabetes debe controlar su glucemia después del ejercicio para saber si necesita alimento extra.
- En caso de ejercicio no habitual (no previsto) y no poder hacer el control de la glucemia, debe tomar alimento para prevenir la hipoglucemia.
- Los ejercicios muy intensos y prolongados pueden hacer subir momentáneamente la glucemia pero luego, por el aumento de la sensibilidad a la insulina, tienden a bajarla, por lo que no hay que poner ningún suplemento de insulina en estas situaciones.
Repercusiones en la vida escolar:
- Tanto el chico, como la familia, deben conocer previamente los horarios en los que se va a realizar el ejercicio físico para poder programar el tratamiento.
- Los profesores y entrenadores deben conocer cómo puede repercutir el ejercicio sobre la glucemia y deben estimular al niño para que se la controle antes de comenzar el ejercicio, sobre todo si es un ejercicio no habitual.
- Los entrenadores deben tener glucosa, o azúcar, o zumo de frutas, accesible para tratar una hipoglucemia.
- En caso de planificar un ejercicio muy prolongado hay que advertir a la familia para que se disminuya la dosis de insulina.
- Hay que conocer la intensidad y la duración del ejercicio físico antes de empezar con la práctica del mismo.