Rechazo
Menos frecuente pero, tambén, más peligroso es el que los padres desarrollen un gran resentimiento hacia la enfermedad y, por extensión, hacia quien la padece.
Esto se traduce en actitudes inconscientes de rechazo, abandono y descuido hacia el niño
Los padres
Tienden a relacionarse con sus hijos como si estos fueran adultos como ellos.
Encuentran en el "hacerlos independientes" el bálsamo que calma el sentimiento de culpa por estar tan atareados, "desganados" o asustados para el seguimiento de la diabetes.
A veces está disfrazada por expresiones tales como “él ya sabe hacerse sus cosas”. Tienden a relacionarse con su hijo como si fuese un adulto, escudándose en “la importancia de darle responsabilidades”.
Se da sobre todo en el cónyuge masculino que, generalmente está menos implicado en el cuidado de la diabetes de su hijo/a.
¿Por qué?
Además de lo mencionado arriba, también puede tratarse de una interpretación equivocada de la protección. Algunos padres tienden a colocarse en el otro extremo, pretendiendo conseguir que sus hijos sean autosuficientes y aprendan a vivir sin ellos.
Este fenómeno se ha dado frecuentemente en familias en las que el acceso de la esposa al mundo laboral no se ha visto acompañada por una mayor dedicación del esposo a la educación de los hijos, tarea ésta que tradicionalmente la cumplía la mujer.
Se da en personas muy atareadas, parejas jóvenes e inmaduras o con hijos no deseados o en padres desbordados por no saber enfrentar adecuadamente la diabetes.
Es frecuente en padres completamente desbordados por la situación en la que se sienten incapaces o sin recursos para hacerle frente a la diabetes en el día a día.