Diabetes y alcohol
El alcohol no permite la producción de glucosa en el hígado; este órgano tiene la capacidad de liberar glucosa a partir del glucógeno almacenado en él, pero cuando se agotan estos depósitos puede aparecer la hipoglucemia.
Las hormonas que se liberan al torrente sanguíneo cuando aparece la hipoglucemia, el cortisol y la hormona de crecimiento, al ingerir alcohol se liberan en menor cuantía y además su efecto comienza a las 3-4 horas de su liberación. Todas estas circunstancias explican el alto riesgo de tener una hipoglucemia tras tomar alcohol.
El hígado es capaz de degradar 0,1 gramos de alcohol por kilogramo de peso por hora. Esta eliminación lenta del alcohol hace que si bebemos alcohol por la noche o en las últimas horas de la tarde el riesgo de hipoglucemia nocturna sea elevado.
En general, el alcohol hay que beberlo con mucha moderación. Si se tiene diabetes y se va a ingerir alcohol conviene:
Informar a las personas con las que se comparten las actividades sociales sobre su diabetes y además llevar una identificación que lo aclare.
Comer algo siempre que se beba alcohol, que consista fundamentalmente en carbohidratos de acción prolongada.
Saber que es peligroso quedarse dormido hasta tarde por la mañana después de haber estado bebiendo por la noche.
Saber que si se ha estado muy activo, haciendo ejercicio por ejemplo, el riesgo de hipoglucemia severa será mayor de lo normal.
Saber que la inyección de glucagón en estas circunstancias puede ser menos efectiva de lo habitual para corregir la hipoglucemia.