Ejercicio físico
Ejercicio físico y modificaciones en la dieta
El ejercicio aporta diversos beneficios. Por un lado, disminuye el nivel de glucosa en sangre porque aumenta la incorporación de glucosa en las células musculares sin necesidad de un incremento en la cantidad de insulina (debido al mayor consumo de glucosa durante el ejercicio en los músculos). Además, después de hacer ejercicio físico mejora la sensibilidad a la acción de la insulina, a nivel del tejido muscular, que se prolonga durante uno o dos días. Esto significa que si conseguimos hacer una actividad física de forma regular, dos o tres veces a la semana, disminuirán nuestras necesidades de insulina por mejoría de la sensibilidad a la misma, lo que facilita un mejor control de la glucosa en las personas con diabetes.
Durante el ejercicio se liberan los depósitos de glucógeno del hígado y se agotan, por lo que hay mayor riesgo de hipoglucemia. Además, el aumento de la sensibilidad de los músculos por la insulina que dura unas horas aumenta también el riesgo de hipoglucemia, incluso nocturna. Para evitar esta situación, se debe mantener un aporte de carbohidratos durante y después del ejercicio, calculando 10-15 gramos de carbohidratos por cada treinta minutos de ejercicio. A veces, es necesario incluso disminuir la dosis de insulina de acción intermedia que se inyecta al acostarse para evitar la hipoglucemia nocturna.
Son recomendables ejercicios físicos o deportes aeróbicos (en los que intervienen grandes grupos musculares a una baja y sostenida resistencia, se planifican ejercicios de duración prolongada, intensidad baja o media y de tipo rítmico, contribuyendo al incremento de las demandas energéticas, como andar, correr, bicicleta etc.), y están más desaconsejados los anaeróbicos (realizado en situación de falta de oxigeno, característico de los ejercicios de alta intensidad y corta duración.).
Es recomendable hacer un programa de ejercicio físico en función del perfil de cada persona (edad, actividad física habitual, complicaciones relacionadas con la diabetes,…)
Está contraindicado si hay hiperglucemia, hipoglucemia asintomáticas y acetona en sangre o en orina. En aquellas personas con complicaciones crónicas secundarias a la diabetes el ejercicio puede empeorar su situación, por ejemplo, en personas con enfermedad cardiovascular (en este caso sería necesario realizar una prueba de esfuerzo previa a iniciar un programa de ejercicio físico y comenzar siempre con muy poco tiempo de ejercicio e ir aumentando progresivamente). En caso de neuropatía diabética pueden aparecer lesiones en los pies, hipotensión con mareos; la neuropatía o nefropatía puede empeorar. Por eso, es conveniente controlar estrechamente las posibles complicaciones y que el ejercicio sea adecuado a cada persona.
Recomendaciones:
- No hacer ejercicio en horas de temperatura máxima.
- Ir identificado correctamente.
- No hacer ejercicio solo.
- Disponer de suplementos de hidratos de carbono.
- Hacer controles de glucemia antes y después del ejercicio.
- Beber abundantes líquidos.
- Valorar/reducir las necesidades de insulina previa al ejercicio.
- Inyectar la insulina en el abdomen.
- Evitar el ejercicio durante la fase de máxima acción de la insulina.
- Hacer un chequeo médico antes de comenzar a hacer ejercicio físico.
- El ejercicio debe ser programado y progresivo y preferentemente aeróbico.
- Utilizar calzado adecuado para proteger los pies.