¿Cómo afecta la dieta occidental al cerebro y a la obesidad?
La dieta occidental tiene un contenido muy alto en grasas y azúcares por lo que resulta muy gratificante. Dispara el sistema hedónico, que está controlado principalmente por el circuito mesolímbico y mesocortical dopaminérgico. La dopamina es un neurotransmisor que se libera cuando estamos ante reforzadores potentes como una comida muy apetitosa, impulsándonos a comer más allá de nuestras necesidades energéticas. La dieta occidental provoca la reducción de los receptores D2 dopaminérgicos, y así, para obtener el mismo nivel de gratificación, tendremos que comer más cantidades o en más ocasiones, poniendo en riesgo nuestra salud al producir incrementos de peso que pueden conducir a la obesidad.
Beatriz Carrillo, profesora de Psicobiología en la UNED.