Los niños en hogares pobres ven el doble de anuncios de alimentos insanos y padecen el doble de obesidad
El primer estudio cuantitativo en España sobre la publicidad de comida no saludable muestra que quienes tienen menos recursos están más expuestos. El Gobierno sigue sin aprobar el decreto para regular el sector.
Los niños españoles están sometidos a un bombardeo constante de anuncios de alimentos y
bebidas insanas, que les incitan a comer ultraprocesados y les dificultan aprender a alimentarse de
forma saludable. Hasta ahora, se sabía que esos impactos rondan los 4.000 al año tan solo en
televisión. Ahora, un completo estudio ha medido los datos a partir de una muestra de 1.600 niños
de cuatro a 16 años, lo que permite distribuir los impactos por nivel socioeconómico. El resultado
es que los niños cuyas familias tienen rentas bajas ven el doble de anuncios de alimentos insanos
que los de más nivel adquisitivo. Este es uno de los factores que se traducen en que la tasa de
obesidad de los alumnos pobres sea el doble que la de los ricos. El Gobierno sigue sin aprobar el
decreto para regular esta publicidad, preparado desde 2021 y que Agricultura frenó durante la
pasada legislatura.
“Hasta ahora habíamos hecho estimaciones generales a partir de los datos de audiencia de
televisión, pero este es el primer estudio en España en el que hacemos medición directa de los
impactos”, señala Miguel Ángel Royo-Bordonada, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad y
uno de los mayores expertos del país en obesidad infantil. “Esto nos permite ver las diferencias
por clase social y, aunque era esperable que el impacto fuera mayor en niños de clase baja, el
resultado nos ha sorprendido por la gran diferencia que existe, ya que es el doble que en los de
familias adineradas. Y también hemos podido ver la distribución horaria y descubrir que muchos
de esos anuncios se ven fuera del horario de protección infantil”, continúa el autor principal del
trabajo.
Según el informe publicado en la revista científica BMC Public Health, los participantes vieron una
media semanal de 82,4 anuncios de alimentos y bebidas, 67,4 de los cuales eran de productos poco
saludables (81,8%), y además la mayoría fuera de la franja horaria de protección infantil. Por
término medio, los participantes de clase social baja recibieron un 94,4% más de impactos de la
publicidad de alimentos y bebidas poco saludables que los participantes de clase alta (99,9 frente a 51,4 respectivamente).