Educación terapéutica y plumas inteligentes de insulina para avanzar en el control de la glucosa
Una buena relación médico-paciente, una adecuada educación diabetológica y el uso de nuevas tecnologías pueden mejorar esta adherencia al tratamiento y, por tanto, avanzar en el control de la diabetes tipo 1.
Como en muchas enfermedades crónicas, la falta de adherencia es uno de los problemas de la diabetes tipo 1. Una patología que requiere de tratamiento diario, incluso, a veces, más de una vez al día. Así, el control glucémico resulta fundamental para el buen control de la enfermedad, siendo, además, un reto para los pacientes y también para los propios profesionales sanitarios. De hecho, la literatura científica muestra que el control de la glucosa suele ser inadecuado entre las personas con diabetes en tratamiento con insulina.
Los factores que repercuten en esta mala adherencia son múltiples: trabajo y vida familiar demandantes, viajes, comidas salteadas, vergüenza por inyectarse la insulina en público o problemas emocionales. Estos factores, junto con dosis de insulina que no siempre están bien ajustadas, están detrás del mal control de glucosa. Por ello, una buena relación médico-paciente, una adecuada educación diabetológica y el uso de nuevas tecnologías pueden mejorar esta adherencia al tratamiento y, por tanto, avanzar en el control de la diabetes tipo 1. «Muchos pacientes se enfadan, y es normal. Ellos quieren seguir con su vida social, laboral y familiar y rechazan el impacto que la diabetes puede tener en estos aspectos”, explica la Dra. Flora López Simarro, médica de familia en Barcelona y miembro del Grupo de Trabajo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Con el apoyo de Novo Nordisk analizamos los retos de la adherencia al tratamiento en la DM1.