La Organización Mundial de la Salud (OMS) redefine sus objetivos globales para abordar la diabetes
La diabetes es una enfermedad que puede ser mortal en aquellos casos en los que se realiza un correcto control, y se demuestra con el hecho de que cada año fallecen en nuestro país alrededor de 25.000 personas debido a las complicaciones que causa, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Federación Española de Diabetes. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la prevalencia de la enfermedad ha aumentado de forma rápida en los últimos años, y lo ha hecho más en los países con medios y bajos ingresos, que en aquellos con mayores ingresos.
Así las cosas, según la agencia de salud de la ONU, entre los años 2000 y 2016, la mortalidad prematura por diabetes se incrementó un 5 % a nivel globa; mientras que en 2019 se posicionó como la novena causa de muerte en todo el mundo, con más de 1,5 millones de decesos provocados directamente por esta enfermedad.
En este sentido, los expertos inciden en que es posible tratar la diabetes y evitar o retrasar sus consecuencias mediante la combinación de actividad física y buenos hábitos alimenticios, junto con la medicación y la realización de pruebas periódicas; teniendo en cuenta que los adultos con diabetes tienen un riesgo entre dos y tres veces mayor de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
Ante este cúmulo de datos negativos, y con la diabetes convertida en un problema de salud pública a nivel global, la 75ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada a finales del pasado mes de mayo, dio los primeros pasos para llevar a cabo un nuevo abordaje sobre esta enfermedad a nivel mundial, de forma que por primera vez, los delegados de la Asamblea han apoyado la creación de una serie de objetivos globales que permitan abordar la diabetes.
Estos objetivos son parte de un nuevo conjunto integral de recomendaciones para fortalecer y monitorizar las respuestas de cada país frente a la diabetes; y entre estas medidas destacan garantizar que para el año 2030, el 80 % de las personas que viven con diabetes hayan sido diagnosticadas, que el 80 % tenga un buen control de la glucemia o que el 80 % de las personas con diabetes diagnosticada tengan un buen control de su presión arterial.
También son importantes otros objetivos marcados como que el 60 % de las personas con diabetes de 40 años o más reciben estatinas (medicamentos empleados para reducir el colesterol, o que el 100 % de todas las personas con diabetes tipo 1 cuenten con acceso a insulina asequible y autocontrol de la glucosa en sangre.
Se trata de unas metas que refuerzan la línea marcada a través del Pacto Mundial contra la Diabetes de la OMS, lanzado en la Cumbre Mundial sobre la Diabetes el 14 de abril de 2021, un pacto que tiene la visión de reducir el riesgo de diabetes y garantizar que todas las personas a las que se les diagnostica tengan acceso a un tratamiento y una atención equitativos, integrales, asequibles y de calidad.