Un perro para mejorar la vida de los diabéticos
Anika García está a punto de cumplir quince años, y, por primera vez, tiene perro. No es que las puertas de su casa se hayan abierto a una mascota, como tantas otras, sino que forma parte del primer estudio
cientí co que se está desarrollando en España sobre cómo los perros pueden ayudar a las personas con diabetes del tipo I, —no ligada a la alimentación ni a los hábitos de vida—, que es la que ella y su hermano,
de trece años, tienen.
“Existen indicios de que los perros pueden detectar las bajadas y subidas de la glucosa y, con un entrenamiento, pueden avisar a los pacientes de que están en hipoglucemia, antes de que ellos se den
cuenta, pero también queremos ver cómo mejora, si es que mejora, la vida de los diabéticos al tener un perro, un compañero”, explica el director del centro canino Montegatto, Octavio Villazala, que colabora en este estudio que lidera la jefa de Endocrinología del Hospital de A Coruña, la doctora Teresa Martínez Ramonde, y que está nanciado por la farmacéutica Novo Nordisk.
El estudio —en el que colabora también el hospital veterinario 4 de octubre— durará un año, en el que perros de diferentes razas y edades entrarán en una veintena de familias —para quedarse— con las que convivirán y entrenarán el olfato, con el objetivo de ser capaces de detectar las alteraciones en la glucosa de los que serán sus tutores y para