Nuevo fármaco para frenar la nefropatía diabética
La diabetes es una grave enfermedad metabólica crónica causada porque el páncreas no produce suficiente insulina -una hormona que regula el nivel de azúcar-, o glucosa en la sangre, o cuando el organismo no puede
utilizar como debiera la insulina que produce. Este fallo desencadena en alteraciones en distintos órganos como ojos, nervios, corazón, riñones y vasos sanguíneos. De hecho, cuando la diabetes daña estos dos últimos, aparece la nefropatía diabética, una complicación grave también denominada enfermedad renal diabética, que produce una alteración en la capacidad de los riñones para realizar su trabajo habitual de eliminar los productos de desecho y exceso de líquido en el cuerpo.
La incidencia de la diabetes mellitus (DM) ha aumentado persistentemente en los últimos años. Según informa la OMS, las estimaciones eran de 422 millones de adultos en todo el mundo que en 2014 tenían diabetes, frente a los 108 millones de 1980, haciendo que la prevalencia mundial normalizada por edades se haya duplicado desde ese año pasando de 4,7% a 8,5% en la población adulta. Además, el aumento de su incidencia ha ido acompañado del incremento también de la nefropatía diabética, la principal causa de enfermedad renal terminal.
Se estima que en el año 2030 la diabetes afectará al 4,4% de la población mundial, unos datos que ponen de manifiesto la escala del problema y la necesidad de estudiar la enfermedad y reducir sus consecuencias.