Los cinco signos de diabetes en niños pequeños y el peligro de no detectarla a tiempo
La existencia de CAD al diagnóstico obliga a menudo a ingresar a estos niños y jóvenes en Unidades de Cuidados Intensivos, con todo lo que ello conlleva, no sólo en la gravedad de la situación y en la posibilidad de complicaciones agudas, sino también en cuanto a impacto psicológico en ellos y en sus familias, y en la repercusión sobre el gasto sanitario, dados los ingresos más prolongados y con un mayor consumo de recursos.
La cetoacidosis diabética (CAD) es una complicación grave de la diabetes que pone en riesgo la vida de quien la padece. En ella aparece aliento a acetona, náuseas o vómitos, dolor abdominal, deshidratación, respiración acelerada y somnolencia. Se trata de una situación que puede ser mortal si no se trata.
En España, según datos de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP), en torno a un 40% de casos (unos 500 niños cada año) son diagnosticados de diabetes mellitus 1 (DM1) tras detectarse cetoacidosis diabética.
La diabetes mellitus tipo 1 (DM1), especialmente en los niños, se presenta de forma generalmente brusca, a lo largo de días o semanas, con síntomas cardinales claros (polidipsia, poliuria, polifagia, adelgazamiento y astenia), pero que no siempre se presentan juntos en todos los pacientes, y por ello no son bien reconocidos cuando aparecen. "En los niños más pequeños los síntomas son inespecíficos, lo que aún dificulta más el diagnóstico", remarca la sociedad científica.
A diferencia de la Diabetes Mellitus 2 (DM2), que puede pasar largo tiempo desapercibida, dice que en la DM1, la progresión hacia la CAD desde los síntomas iniciales es rápida, en pocas semanas, incluso a veces en cuestión de días, más especialmente en los niños de menor edad.
"La existencia de CAD al diagnóstico obliga a menudo a ingresar a estos niños y jóvenes en Unidades de Cuidados Intensivos, con todo lo que ello conlleva, no sólo en la gravedad de la situación y en la posibilidad de complicaciones agudas, sino también en cuanto a impacto psicológico en ellos y en sus familias, y en la repercusión sobre el gasto sanitario, dados los ingresos más prolongados y con un mayor consumo de recursos. En ausencia de tratamiento, la CAD tiene una evolución letal", mantiene la SEEP.
Es más, esta sociedad científica avisa de que la presencia de CAD tiene implicaciones importantes en el pronóstico a largo plazo, ya que hoy en día se sabe que el diagnóstico temprano en ausencia de cetoacidosis supone una mejor evolución metabólica durante al menos los 15 años siguientes al diagnóstico, con un nivel de hemoglobina glicosilada (HbA1c) hasta un 1,4% menor, "una ventaja comparable a la que conseguimos con el uso intensivo de la tecnología aplicada a la diabetes (monitorización continua de glucemia e infusión continua de insulina)", celebra.