Riesgo cardiovascular residual en diabetes: El caballo de batalla para ganar años (y calidad) de vida
El riesgo cardiovascular que persiste una vez controlados todos los factores tradicionales (el denominado
riesgo residual), lejos de tener unos efectos marginales o menores, supone actualmente el principal
caballo de batalla para superar el ambicioso reto de evitar la pérdida de años de vida que registran las
personas con diabetes mellitus tipo 2. Sobre este aspecto se centra una mesa redonda conjunta SEDSEC
que tiene lugar hoy en el marco del congreso virtual que está celebrando la Sociedad Española de
Diabetes (SED).
En los últimos años se ha avanzado significativamente en la prevención y tratamiento de las
enfermedades cardiovasculares, contándose con nuevas terapias hipoglicemiantes que reducen el
riesgo de dichas enfermedades y con un amplio abanico de tratamientos hipolipemiantes que permiten
reducir el colesterol LDL a cifras nunca vistas con anterioridad.
Pero, a pesar de ello, el número de eventos cardiovasculares en personas con diabetes correctamente
controladas sigue siendo elevado. Por eso, como destaca el Dr. Lluis Masana, director de la Unidad de
Medicina Vascular y Metabolismo del Hospital Universitario Sant Joan de Reus, “deben identificarse las
causas y tratarlas de forma correcta, siendo fundamental insistir en el mensaje de la correcta evaluación y
manejo de estos pacientes”.
Y es que los datos no dejan lugar a las dudas. Las personas con diabetes tienen una esperanza de vida
unos 6 años inferior a la población no diabética, y si presentan una enfermedad cardiovascular la perdida
de años de vida se sitúa en 11. Además, se sabe que la mitad de las personas con diabetes fallecen por
enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y periféricas. Por tanto, en opinión del Dr. Masana, “es
lógico y deseable que los colectivos de profesionales especializados en el control de la diabetes y la
prevención cardiovascular trabajen de forma conjunta para abordar de la forma más eficiente posible
esta problemática”.
En esa misma línea se expresa el Dr. José Antonio Gimeno, del Servicio de Endocrinología del Hospital
Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), para quien “la colaboración entre endocrinólogos y
cardiólogos, centrada en el tratamiento de los pacientes que ya han tenido un evento vascular y en la
identificación de aquellos con insuficiencia cardiaca, es fundamental para reducir el riesgo vascular”. Y es
que, según apunta, “en algunos pacientes con diabetes, el riesgo absoluto de eventos vasculares
puede ser extremo, superior al 40% en 10 años”; de hecho, el riesgo remanente en estos pacientes, tras
aplicar las recomendaciones de las guías de práctica clínica, puede ser muy elevado, “sobre todo en
pacientes con complicaciones crónicas macro y microvasculares”, apostilla.