Péptidos, las pastillas del futuro que mejorarán el tratamiento de la diabetes
Para contrarrestar la diabetes la mayoría de los pacientes están obligados a administrarse a través de jeringuillas una molécula llamada insulina, que es producida por nuestro páncreas y tiene como función principal regular los niveles de glucosa en sangre, haciendo que las células la absorban en mayor o menor medida.
Cuando el cuerpo pierde la capacidad de producir esta hormona o, por el contrario, deja de ser sensible a ella, surge la enfermedad llamada diabetes.
La insulina, aunque tiene el rango de hormona en nuestra biología, es un péptido. Se trata de cadenas cortas de aminoácidos unidos por enlaces peptídicos (unión de un grupo amino y de uno carboxilo), que presentan como principal problema que son extraordinariamente frágiles, lo que dificulta su administración por vía oral, dado que nuestro tracto digestivo está específicamente diseñado para romper esas moléculas.
Esto supone que estos compuestos químicos, de ser necesaria su administración para preservar nuestra salud, como en el caso de los diabéticos, deben ser administrados directamente a nuestro torrente sanguíneo a través de inyecciones, un procedimiento muy invasivo e incómodo.
Para evitarlo, desde hace años diversos grupos de investigadores de todo el mundo están buscando nuevas formas de administración de péptidos, y la mejor de todas, y que hoy está muy cerca, es la vía oral. El problema que presenta esta forma es que los péptidos son muy frágiles y nuestro estómago los rompe, eliminando completamente sus efectos; pero debemos tener en cuenta que la insulina no es el único péptido aprobado como medicina, sino que hay la lista que comprende más de 40 medicinas esenciales para nuestra salud.