Prueba de intolerancia a la glucosa: Cuando hay sospecha de diabetes
La diabetes se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre, debido a una baja producción de insulina. Esta prueba permite detectar si el organismo reacciona adecuadamente a una sobrecarga de glucosa tomada por vía oral, para hacer un primer diagnóstico.
¿Qué es?
Este estudio, llamado también test de sobrecarga oral de la glucosa, se realiza cuando una persona presenta niveles normales de glucosa en sangre en ayunas, pero se sospecha la posibilidad de que padezca diabetes tipo 2. Esta prueba permite comprobar la respuesta del organismo a la carga de glucosa y detectar el funcionamiento de la insulina, hormona que se encarga de regular los niveles de glucosa en sangre.
¿En qué consiste?
Se extrae sangre al paciente. A continuación, el paciente bebe un líquido que contiene una cierta cantidad de glucosa (generalmente, 75 gramos) y se le extrae sangre cada treinta minutos.
¿Qué indican los resultados?
Tras la toma de 75 gramos de glucosa, los niveles normales de glucosa en sangre son:
En ayunas: De 60 a 100 mg/dL.
1 hora después de la carga de glucosa: menos de 200 mg/dL.
2 horas después de la carga de glucosa: menos de 140 mg/dL.
Si se registran cifras de glucosa entre 140 y 200 mg/dL, es signo de intolerancia a la glucosa, situación que se denomina “prediabetes”. En este caso, se tiene un riesgo elevado de desarrollar diabetes tipo 2 si no se corrigen algunos hábitos de vida (alimentación más equilibrada, más ejercicio físico, etc.).
Si los niveles sobrepasan los 200 mg/dL el diagnóstico es de diabetes. En este caso, la prueba oral de tolerancia a la glucosa deberá realizarse una segunda vez antes de poder emitir un diagnóstico firme de diabetes, con el fin de asegurar que ningún factor externo haya falseado los resultados.
De un modo mucho más infrecuente, los niveles altos de glucosa pueden ser síntoma de síndrome de Cushing.
¿Qué molestias puede ocasionar?
Los efectos secundarios serios de este examen son muy infrecuentes. Algunas personas pueden notar tan solo cierta sensación de mareo, náuseas o sudoración después de tomar el líquido con glucosa.
Las sucesivas extracciones de sangre no molestan más que las que se hacen de manera rutinaria por otros motivos.