Deportistas que retan a la diabetes
Sin avisar. De un día para otro sus vidas dieron un vuelco. Descubrieron que eran diabéticos y que ya nunca más se podrían olvidar de estar controlando permanentemente sus niveles de azúcar. Pero, como todos los niños, también tienen sus sueños y muchos de ellos quieren convertirse en los mejores deportistas, aunque muchas veces no encuentren más que obstáculos en su camino. De eso saben mucho varios pequeños de la comarca, cuyas familias han tenido que buscarse la vida para lograr que sus hijos pudieran alcanzar sus objetivos.
El del pobrense Samuel Gómez Rego es llegar a ser un gran atleta, y no lo está haciendo nada mal. Acaba de colgarse la medalla de bronce en el campeonato gallego de 500 metros en la categoría alevín y su meta es seguir mejorando. Sin embargo, no podría hacerlo si sus padres no hubiesen adquirido un medidor continuo de glucosa -Dexcom-, que les envía al teléfono móvil todos los datos en tiempo real de los niveles del azúcar del niño. «Él es alérgico al dispositivo que subvenciona la Xunta, y tuvimos que comprarlo nosotros», explica su madre, que considera que esta herramienta es indispensable para que su hijo pueda practicar deporte.
De hecho, gracias a él sabe en todo momento cómo está Samu e incluso le vale para predecir si mejorará sus marcas en una carrera. «El día del campeonato ya sabía que lo iba a hacer bien porque estaba todo perfecto», recuerda. Considera que la tecnología juega a su favor en este sentido, pero reivindica que no todos los enfermos con diabetes son iguales, y que Sanidade tendría que tenerlo en cuenta. De hecho, la diferencia de precio entre el medidor de glucosa subvencionado y el que tienen que pagar ellos -les cuesta algo más de 100 euros al mes- es apenas mínimo y el suyo ofrece más prestaciones, ya que no hay que pasar el teléfono por encima para recibir la información, porque esta se envía directamente a través de Bluetooth.