Por qué hay que contar los hidratos de carbono en diabetes
Los hidratos de carbono ingeridos se transforman en glucosa (azúcar) cuando llegan al estómago. Una vez se hace la digestión (15 minutos, dos o tres horas, o incluso más tiempo, dependiendo del tipo de hidrato de carbono) pasan al intestino delgado y, de ahí, a la sangre.
“Según la cantidad, las necesidades de insulina van a variar. A más hidratos de carbono más glucosa, y a más glucosa más insulina. En las personas sin diabetes esto es automático (lo hace el organismo solo), pero cuando se padece esta enfermedad endocrinológica hay que calcular las cantidades para adaptar el tratamiento, ni pasarse ni quedarse corto. Esto a veces no es tan fácil”, advierte Mª Teresa Marí, enfermera experta en diabetes y educación terapéutica y vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Diabetes (SED).
¿Cómo hay que hacer ese recuento?
Tal y como explica Marí, “ese es el trabajo que hacemos habitualmente las enfermeras que nos dedicamos a la educación terapéutica en la diabetes: enseñar a los pacientes diabéticos y sus familiares a reconocer la importancia del recuento de hidratos de carbono para entender, adaptar y modificar por sí solos su plan de alimentación con su medicación. Y de esta forma, evitar las hipoglucemias e hiperglucemias.
Cantidad mínima de hidratos de carbono necesarios
¿Cuál es la cantidad mínima diaria de hidratos de carbono que necesita el organismo para funcionar correctamente? “Depende mucho de la persona (50 por ciento, 55 por ciento, 60 por ciento...), según sus hábitos, su actividad física, sus gustos. Se adapta al paciente según sus necesidades, tratamiento, actividad física, sus preferencias...”, afirma la experta de la SED.
¿Qué alimentos contienen más hidratos de carbono?
Marí recomienda consultar las tablas de hidratos de carbono de la Fundación para la diabetes para ver cuántos gramos contiene cada ración.
La enfermera experta en educación terapéutica en diabetes expone el siguiente ejemplo: “Frutas como los plátanos, las uvas, las chirimoyas y los caquis contienen más azúcares que, por ejemplo, el melón y los fresones. Es decir, para tomar la misma cantidad (una ración) de hidratos de carbono: de plátano me comería 50 gramos y de melón tomaría 200 gramos”.
Además, hay que saber que si la fruta está más madura contiene más azúcar. También es importante conocer el índice glucémico de los alimentos, porque aunque tomes la misma cantidad de raciones de un alimento y de otro, después de la ingesta aumenta más o menos la glucosa.