Ganar un poco de peso al dejar el tabaco se ve compensado por los beneficios para las personas con diabeticas
MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS)
Dos nuevos estudios apuntan a más razones para dejar el hábito del tabaco. En uno, los investigadores encontraron que dejar de fumar vale la pena para las personas con DIABETES a pesar de las preocupaciones sobre el posible aumento de peso. En el otro, los científicos descubrieron que fumar podría tener un impacto mucho mayor en la función cognitiva de lo que se pensaba originalmente.
Ambos estudios se presentan en las Sesiones Científicas sobre estilo de vida y salud cardiometabólica 2019 de la Asociación Americana de Epidemiología del Corazón y Prevención, un intercambio mundial de los últimos avances en ciencia cardiovascular basada en la población para investigadores y clínicos, que se celebra en Houston, Estados Unidos, esta semana.
En el trabajo sobre el abandono del hábito de fumar, el cambio de peso y el riesgo de desarrollar o morir a causa de enfermedades cardiovasculares en personas con DIABETES, los científicos analizaron información de salud detallada a largo plazo de dos estudios que incluyeron a 10.895 hombres y mujeres con DIABETES. El sobrepeso y la OBESIDAD son factores de riesgo para la DIABETES, y tanto la DIABETES como el tabaco para fumar son factores de riesgo importantes para ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y otros eventos cardiovasculares.
Los autores descubrieron que los beneficios de dejar de fumar para las personas con DIABETES superaban significativamente el riesgo de subir de peso, aunque el aumento de peso es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular. En comparación con las personas con DIABETES que continuaron fumando, el riesgo de ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y otras patologías cardiovasculares no aumentó entre las personas que dejaron de fumar recientemente y ganaron hasta 11 libras (5 kg) o incluso las que subieron de peso más de 11 libras.
El riesgo de enfermedad cardiovascular fue un 34 por ciento menor entre los que dejaron de fumar recientemente (seis o menos años desde que dejaron de fumar) sin aumento de peso; 25 por ciento más bajo entre los que dejan de fumar a largo plazo (más de seis años desde dejar el tabaco); y 41 por ciento más bajo entre los adultos que nunca han fumado y tienen DIABETES.
"Las preocupaciones sobre el aumento de peso no deben impedir que las personas se animen a dejar de fumar después de que se les diagnostica DIABETES. Y para quienes lo dejan, prevenir el aumento excesivo de peso maximizaría aún más los beneficios para la salud de dejar de fumar", afirma el autor principal del estudio, Gang Liu, investigador postdoctoral en el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
EL TABACO, VINCULADO CON DETERIORO COGNITIVO
Un segundo estudio destaca el vínculo del tabaco con el deterioro cognitivo en la población general. El declive cognitivo significa que la memoria de una persona, el razonamiento y otras funciones mentales se deterioran con el tiempo. Aunque el consumo de tabaco se ha relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, es difícil medir el impacto que tiene fumar porque los fumadores son más propensos que los no fumadores a abandonar el estudio o morir antes del final de las evaluaciones a largo plazo, según el autor Aozhou Wu, estudiante de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública Bloomberg del Hospital Johns Hopkins en Baltimore.
"Como consecuencia, es probable que las mediciones cognitivas de los fumadores en los estudios falten en otros análisis porque se pierden en el seguimiento", dice Wu. Wu y sus colegas adaptaron una metodología que considera la probabilidad de un fumador de abandonar un estudio o morir por causas relacionadas con el tabaco durante el periodo de evaluación para analizar el impacto cognitivo del consumo de tabaco entre 4.960 adultos que estaban libres de deterioro cognitivo al inicio de la investigación.
Los científicos siguieron a los participantes durante unos cinco años, con evaluaciones periódicas de la memoria de los participantes, la función del lenguaje y la capacidad de pensamiento lógico. Cuando los autores utilizaron los nuevos métodos de estudio y compararon a las personas que nunca fumaron tabaco con los que fumaron un paquete de cigarrillos al día durante 25 años o más, encontraron que el efecto nocivo del tabaco en la cognición entre los fumadores era más del doble que habían observado utilizando los métodos de estudio tradicionales.