Nutrición: Dieta para la diabetes
La reducción del consumo de azúcar es una de las directrices que ha pautado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los últimos años. Actualmente, recomienda que sea menos del 10%, incluso del 5%, de la ingesta total de energía al día en personas sanas. Sin embargo, el azúcar es el 'caballo de batalla' de las personas con diabetes, que deben prestar todavía una atención más específica a su consumo. El azúcar como tal, el añadido, si podemos reducirlo a cero, mejor. Pese a que las personas con diabetes, de forma general, no tienen por qué seguir una dieta distinta a la dieta mediterránea, es cierto que es importante que controlen el aporte de azúcar. Un hecho que no siempre es fácil ya que el azúcar está desgraciadamente escondido en muchos alimentos.
Siempre es necesario estudiar las dietas de forma personalizada, adecuada a cada persona. Aun así, hay tres recomendaciones generales para un paciente con diabetes: eliminar azúcares rápidos, aprender a leer el etiquetado nutricional y planificar según el tratamiento. Sin azúcares añadidos, la glucosa va a proceder principalmente de los hidratos de carbono, que deberían componer el 40-50% de la dieta. Hablamos de hidratos de carbono complejos, con fibra, absorción lenta y, por lo tanto, no de azúcares simples. En la práctica eso se traduce en evitar productos como muchos cereales de desayuno, tomate frito, alimentos procesados o, más claro, los azucarillos, que dificultan el control glucémico de los pacientes, ya que supone ingerir productos hipercalóricos e hiperglucemiantes.