Células beta artificiales inteligentes podrían llevar a un nuevo tratamiento contra la diabetes
El tratamiento de la diabetes tipo 1 y algunos casos de diabetes tipo 2 requieren el suministro de inyecciones de insulina frecuentes o una bomba de insulina mecánica para la infusión de insulina. Pero investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) y de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (NC Estate), ambas en Estados Unidos, han desarrollado lo que podría ser una opción mucho más amigable para el paciente: células artificiales que liberan insulina automáticamente en el torrente sanguíneo cuando aumentan los niveles de glucosa.
Estas "células beta artificiales" (ABCs, por sus siglas en inglés) imitan las funciones de los controladores de glucosa naturales del cuerpo, las células beta secretoras de insulina del páncreas. La pérdida o disfunción de estas células causa diabetes tipo 1 y muchos casos de diabetes tipo 2. La idea es que las ABCs puedan insertarse por vía subcutánea en pacientes, reemplazándose cada pocos días, o mediante un parche cutáneo indoloro y desechable.
Según informan los investigadores en un artículo sobre su trabajo publicado este lunes en 'Nature Chemical Biology', una sola inyección de ABC en ratones diabéticos que carecen de células beta normalizó rápidamente los niveles de glucosa en sangre de los animales y los mantuvo normales durante hasta cinco días.
"Nuestro plan ahora es optimizar aún más y probar estas células sintéticas en animales más grandes, desarrollar un sistema de administración de parches para la piel y finalmente probarlos en personas con diabetes", dice el investigador principal Zhen Gu, profesor en el Departamento Conjunto de Ingeniería Biomédica de UNC/NC. Gu también trabaja en la Facultad de Medicina de la UNC, la Facultad de Farmacia Eshelman de la UNC y el Centro de Atención de Diabetes de la UNC.
Al menos seis millones de personas en Estados Unidos usan insulina como tratamiento para la diabetes, ya sea mediante inyección o por una bomba mecánica. Hasta ahora, la insulina administrada en forma de píldora ha sido un desafío porque es una molécula grande que sería destruida por las enzimas digestivas y los ácidos antes de que pudiera llegar al torrente sanguíneo.
Sin embargo, el principal problema con los tratamientos de insulina actuales no es que no se puedan administrar en una píldora, sino que no pueden controlar los niveles de glucosa en sangre de manera automática y eficiente, como lo hacen las células pancreáticas que secretan insulina. Los trasplantes de células pancreáticas pueden resolver ese problema en algunos casos, pero resultan costosos, requieren células donantes que a menudo escasean y fármacos inmunosupresores y, a menudo, fallan por la destrucción de las células trasplantadas.