El perro es el mejor amigo del hombre... con diabetes
Cada noche Sweet se acuesta al lado de Erik, un niño de siete años, para velar por su salud. Nada fuera de lo común, salvo que Sweet es una perra Jack Russell que se mantiene fiel a esta rutina desde hace tres años. En este tiempo ha evitado múltiples episodios peligrosos.
Erik padece diabetes tipo 1 y mientras duerme sufre bajadas (hipoglucemias) y subidas (hiperglucemias) en el nivel de glucosa en sangre que le provocan mareos, visión borrosa, debilidad, hambre y problemas de coordinación. “Unos 20 minutos antes de que aparezcan los síntomas, Sweet avisa: emite un ladrido fuerte y seco, que no cesa hasta que acudimos”, apunta Olga Sarto, la madre del pequeño.
En ese momento se le realiza una medición de glucosa en sangre al niño para comprobar si es una bajada o una subida y tomar medidas. “Nos ha avisado prácticamente todas las noches y nunca ha fallado”, asegura.
Esta relación casi mágica entre perro y humano parece contar con una explicación científica: las personas con diabetes tipo 1, cuando sufren fluctuaciones de glucosa en sangre, exhalan una sustancia química a través de la respiración —el isopreno— que los perros detectan con rapidez, según ha revelado un estudio de la Universidad de Cambridge publicado en la revista Diabetes Care.
Hay que tener en cuenta que el olfato canino es mucho más sensible que el humano. “Se trata de una sustancia que los perros pueden detectar aproximadamente 20 minutos antes de que la persona note los síntomas de bajada o subida de glucosa en sangre. Así le da tiempo a reaccionar y a tomar las medidas oportunas”, afirma Francisco Martín, adiestrador con 25 años de experiencia y presidente de la Fundación Canem, especialista en perros de alerta médica, en Zaragoza.
Según apunta el doctor Luis Ávila Lachica, vocal de la Sociedad Española de Diabetes, este sistema estaría especialmente indicado en pacientes que sufren muchas hipoglucemias porque “añade un método más de detección”. O en el caso de personas que buscan autonomía personal —añade Martín—, “por ejemplo los jóvenes que se van a estudiar o trabajar fuera y ya no tienen el apoyo de la familia”.
¿Y funciona? Distintos estudios han comprobado que el uso de perros entrenados para detectar el inicio de la hipoglucemia puede considerarse un método rápido para proteger la salud de las personas con diabetes. Aunque hay que decir que los trabajos incluyen un número bajo de participantes. “Todos los estudios coinciden en que el perro aumenta la satisfacción del paciente y le aporta seguridad y tranquilidad”, señala Ávila.
A pesar de la habilidad de los canes para anticiparse a los vaivenes de la glucosa, no parece que vayan a jubilar a los glucómetros (medidores de glucosa en sangre). Los expertos coinciden en que no debe utilizarse como una opción al control de glucemia, sino como un complemento.