Alertan sobre los peligros de la diabulimia
Davison intentó suicidarse hace un año, lo que permitió que sus padres descubrieran que la joven de 26 años padecía un trastorno alimenticio: la veían "algo más delgada" pero lo achacaban a los efectos secundarios de la diabetes con la que convivía desde niña.
El pasado mes de agosto, Megan tuvo menos suerte y logró su triste propósito de quitarse la vida, dejando seis folios escritos en los que relataba su desesperación: "Nadie sabe ayudarme. Me dejan la insulina para que me la administre yo, y eso es como darle vodka a un alcohólico".
Cuenta el diario digital El Español que la historia de Megan es una de las que recoge el especial producido por la cadena BBC sobre la diabulimia, una enfermedad que se da específicamente en las personas que padecen diabetes mellitus de tipo 1, un mal congénito que se suele manifestar a temprana edad.
Al contrario que la diabetes de tipo 2, que se desencadena a partir de predisposiciones genéticas y en función de los hábitos de vida, la diabetes de tipo 1 implica inyecciones diarias e incondicionales de insulina para sobrevivir; y sus consecuencias son graves, ya que van del fallo renal a la pérdida de visión pasando por el daño en los tejidos que puede desembocar en amputaciones médicas.
Al mismo tiempo, la ausencia de insulina favorece la eliminación de kilocalorías a través de la orina y esa es la tentación para una persona diabética que padece además un trastorno alimentario derivado de una percepción distorsionada de su imagen corporal: abandonar un tratamiento que es materia de vida o muerte a cambio de lograr un adelgazamiento fulminante.