"Mi mujer no puede levantar 160 kilos para subirme unos escalones"
Antonio Barral, que se mueve en silla de ruedas, cuenta las dificultades y obstáculos que se encuentra a diario en la ciudad. La "enfermedad del azúcar" se ha llevado por delante su pierna derecha. «Las consecuencias de no controlar bien la diabetes», lamenta.
«Es un palo que te da la vida, te das de frente contra él y te cambia la concepción de todo. Creo que lo afronté bien, porque ya me iba haciendo una idea del destino de la enfermedad. Cuando empezaron los dolores ya sabía y estaba mentalizado que el final era la amputación. Y llegó ese día. El cirujano me lo planteó y le dije rotundamente que para adelante, convencido absolutamente de lo que se me venía encima. Estaba preparado para afrontarlo». Además de la silla de ruedas con la que se desplaza, compañera de viaje inseparable, Antonio cuenta con la inestimable ayuda de su esposa.
Aunque su mujer le ayuda a desplazarse por la ciudad, la nueva silla que lleva, que pesa 80 kilos, es bastante difícil de coger con otros 80 kilos que pesa él. «Mi mujer no puede levantar 160 kilos para bajarme de un bordillo o subirme unos escalones», se lamenta.