El cromo es esencial en la prevención del Síndrome Metabólico
El cerebro depende especialmente de unos niveles estables de azúcar sanguíneo, ya que solo emplea la glucosa como combustible. Es capaz de consumir más de la mitad de la ingesta de carbohidratos, razón por la cual contiene una proporción relativamente elevada de las reservas de cromo del organismo. Debido al hecho que requiere tanta energía, es importante alimentarlo con un flujo constante de glucosa proveniente de fuentes alimenticias saludables.
Pero ante un déficit de cromo, la insulina es incapaz de canalizar la glucosa al interior de las células en cantidades suficientes, provocando un “cortocircuito”. En este momento, el denominado “cerebro reptil” toma el control, despierta instintos primarios, desactiva el autocontrol y ordena una búsqueda autónoma de un rápido “chute de azúcar” que puede restablecer los niveles de glucosa en sangre, ofreciendo alivio instantáneo. Pero esos niveles tienden a bajar rápidamente. Y lo que es peor, esas oscilaciones pueden fomentar un cierto grado de estrés pancreático y una alteración severa del sistema metabólico.
Esta situación puede desencadenar un proceso de resistencia a la insulina, y al mismo tiempo, como el exceso de calorías es eliminado del flujo sanguíneo y depositado en forma de grasa, fomentar el denominado síndrome metabólico, caracterizado por un exceso de grasa visceral, hipertensión, y niveles elevados de colesterol y triglicéridos. El síndrome metabólico (o Síndrome X), es un estadio previo de diabetes tipo 2.