La flora intestinal condiciona nuestro riesgo de diabetes
A día de hoy conviven en todo el mundo más de 350 millones con diabetes tipo 2, enfermedad caracterizada por una producción insuficiente o una utilización inadecuada de la insulina. En consecuencia, y dado que esta insulina es la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir energía, el torrente sanguíneo acaba portando un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en múltiples órganos del cuerpo. Sin embargo, parece que la incapacidad para utilizar correctamente la insulina –o lo que es lo mismo, de desarrollar ‘resistencia a la insulina’– podría evitarse simplemente con una alimentación saludable. Y es que según muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), la composición de nuestra flora intestinal, que puede ser regulada con la dieta, es responsable de que acabemos padeciendo o no este tipo de resistencia y, por tanto, la diabetes tipo 2.
Como explica Oluf Pedersen, director de esta investigación publicada en la revista «Nature», «nuestros resultados muestran que ciertos desequilibrios específicos en el microbioma intestinal contribuyen de forma esencial a la resistencia a la insulina, un estado precursor de trastornos generalizados como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la aterosclerosis, enfermedades epidémicas cuya prevalencia continúa creciendo».