Dos años y 200 euros para fabricar su propio páncreas artificial sin salir de casa
A Gustavo le diagnosticaron diabetes tipo 1 en 2005. Desde aquel día, este ingeniero industrial no pudo dormir, comer o hacer ejercicio sin hacer un juego mental de cálculos y probabilidades para tener controlados sus niveles de glucosa. Como nos cuenta desde México, país donde nació y reside, la “desesperación” le llevó a superar la tecnología de los aparatos médicos actuales y confiar su salud a una máquina programada por él mismo.
Como muchas personas con diabetes, Muñoz tiene que medirse los niveles de azúcar constantemente, incluso cuando duerme. Para ahorrarse ese mal trago, se ha fabricado un páncreas artificial con dos dispositivos que ya están en el mercado y un microprocesador programado por él mismo. En total, dos años de búsqueda, uno de desarrollo y 250 dólares (unos 220 euros) de su bolsillo que pagaron lo que no costea el seguro médico. Ahora tiene 34 años y está conectado las 24 horas del día a su obra: tres aparatos que lleva enganchados en la parte superior del pantalón.