Sí y con mi diabetes
Piloto de automovilismo español con diabetes
Kilian Meyer tiene 17 años, vive en Barcelona y tiene diabetes tipo 1. Además, es piloto de automovilismo y compite tanto a nivel nacional como internacional. “A los 5 años me subí por primera vez en un kart y a los 7 ya estaba compitiendo en el campeonato de Cataluña. Ahí empezó todo. Una historia marcada por buenos y no tan buenos momentos, como todo en la vida”
La verdad que cuando te dicen que tienes diabetes con 14 años no tienes ni idea de lo que significa. Bueno, supongo que en cualquier edad que debutes el impacto es el mismo. En mi caso, además, nadie en mi familia es o ha sido diabético, al menos que yo sepa. Por tanto, de repente no entiendes ni qué significa y ni qué tendrás que hacer de ahí en adelante. La pregunta es inevitable: ¿por qué me ha tocado a mí? Pues porque sí, sin más.
Como todo en la vida hay cosas que no escogemos ni controlamos que pasen, pero sí con qué actitud vivirlas. La diabetes es una de estas cosas que te llegan y tienes que saber convivir con ello. Y además aprender cada día a entender dónde están los límites que antes no tenías y te marcas nuevos objetivos que no te habías imaginado. Precisamente, uno de estos primeros objetivos es no tener límites.
Entonces, hasta que nos den a tod@s una buena noticia mi vida será : ¡Sí y con mi diabetes! Por tanto, mi primer obstáculo a vencer desde mi debut ha sido normalizar mi vida y reconectar con mi sueño, mis pasiones, mi cotidianidad, mi educación, mis amigos, mi familia... Intento que cada día sea mejor que el anterior. Como en todo, conocer, saber, ponerte a prueba, cuidar de ti mismo y nunca tirar la toalla es lo que hace que puedas vivir y ser feliz con una situación que no has buscado ni esperabas.
"Quiero ser piloto profesional y lucho por llegar a serlo en la Fórmula 1, la diabetes no será mi barrera sino mi aliada. Parto de esta máxima; comer mejor, estar más fuerte físicamente y sobre todo disfrutar aún más del camino que voy haciendo hasta el objetivo que persigo desde que tengo uso de razón (4 años). Es más, creo que hay otros obstáculos más complejos de sortear como conseguir el apoyo económico que la carrera de piloto requiere. Pero para ello también estamos trabajando."
Mi día a día
Cuando me levanto lo primero que hago es pasar mi móvil por el sensor que llevo en el brazo y en función de cómo estoy decido qué desayunar. En un día normal de cole mi dieta es lo más equilibrada posible porque hago poco ejercicio físico durante el día. Cuando llega la hora de entreno, por la tarde, la cosa cambia un poco. Te vas controlando todo el día, pero al cambiar la rutina del cole por la del centro donde me preparo también cambio mi dieta. Subo los niveles de azúcar para poder apretar y acabar las tablas que me tocan y finalizar el día lo más lineal posible. Para conseguirlo, otra de las cosas que me funciona es hacer las cinco comidas y no saltarme mi control antes ni después de comer.
¡Diabetes y gas!
En un día de entrenos o carreras la dinámica es muy distinta. Mis niveles tienen que estar muy controlados y más altos de lo habitual porque tengo mucho desgaste físico y no puedo jugármela a tener ninguna hipoglucemia mientras estoy a bordo. Me miro muchas más veces y como más carbohidratos para mantenerme al límite de los niveles aceptados. Conozco muy bien la reacción que tiene mi glucosa con la adrenalina que me genera conducir.
También, es importante la alimentación. Tienes que ser más riguroso con lo que comes y en la forma de controlarte. Algunos dirán que debe ser estresante, pero, como lo dije anteriormente, todo depende de cómo veas las cosas. En mi caso, me hace más disciplinado y eso es un valor agregado y diferencial a la hora de competir.
A menudo pienso que quizá soy diabético porque mi destino es ser piloto o al revés, no sé. Puede parecer una reflexión absurda, pero para mí tiene sentido. Las dos cosas me exigen conocer más y mejor los límites de mi cuerpo, encontrar vías para ser más metódico -aunque a veces te apetezca otra cosa- y sin caer en la obsesión, sino que sea una forma apasionante de vivir. Al final todo me conduce a ser mejor persona, deportista, piloto y paciente diabético.
Al final, la diabetes no es una maldición ni una bendición, sino una oportunidad más para alcanzar tus sueños. Créeme, lo he comprobado.
Si quieres conocer más de Kilian: https://www.kilianmeyer.com/sponsorskilianmeyer