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Consulta al experto   Fundación para la Diabetes

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  Descubrí ser paciente DM2 en febrero de este año. Me recetaron metformina 2 g/día y dieta control y ejercicio. Cumplí todas las indicaciones férreamente. Pasé de 8.3 de Hemoglobina Glicosildada en marzo a 5.5 a noviembre. Bajé de 107 a 83 kg. En octubre me colocaron un stent por un angor inestable en ocasión de ejercitarme para controlarla. Existe la sospecha de que la diabetes tiene aprox. 3 años de evolución y probablemente esto haya acelerado el daño vascular que derivó en la lesión de una placa. Tuve la experiencia de pasar por muchos médicos en poco tiempo. No todos los médicos saben reconocer que el peor problema que tengo es la angustia por este tema. Cuando lo digo, alguno lo desestiman. Varios negaron estimar un pronóstico, lo cual solo posibilita empeorar el carácter pesimista de los pensamientos que se alojaron permanentemente, el ejemplo sería "¿Porqué no me dicen nada? Debe ser porque se acabaron las posibilidades de longevidad o de vivir sin problemas graves". Quien me mandó a hacer estudio de función renal la entendió, cosa que agradezco. Pero todavía no lo hice porque estoy cansado de tanta enfermedad. He desarrollado un pesimismo casi suicida. No quiero seguir resistiendo embates de las enfermedades, ni tantos controles médicos. La terapia no está ayudando. NO comprendo cómo seguir.

Estimado amigo,

Ciertamente parece que está siendo un año duro para ti. Lo siento.

A veces los acontecimientos se suceden sin solución de continuidad. Aparece uno y antes de que lo podamos “digerir” llega otro que se le suma.

Esto tiene un efecto muy negativo en la persona ya que siente que no es capaz de reencontrar el equilibrio lo que genera una gran inseguridad e incertidumbre sobre el futuro. En esa situación de vulnerabilidad, generalmente, aparecen pensamientos oscuros y llenos de angustia que no hacen sino “empeorar la situación emocional”.

Según relatas, en tu caso, además se le suma el hecho de que las respuestas que te han dado los expertos, no sólo no te han calmado, sino que han supuesto la sensación de no haber sido atendido como estabas necesitando. Pones mucho énfasis en el hecho de que algunos han desestimado la desazón que te estaba creando esa situación.

Mi sugerencia es la siguiente:

Ciertamente tienes necesidad de realizar una valoración objetiva de tu situación de salud. Para ello quizás te convenga preguntar a un experto. Anota todas tus dudas y acude a él con la lista de preguntas que necesitan respuesta. Pero debes tener en cuenta que nadie puede ver el futuro, por lo que nadie puede asegurarte que “todo irá bien” o que “todo irá mal”. Tu labor será aprender a vivir con cierto grado de incertidumbre sobre él y centrar tus esfuerzos en responder a la pregunta: “¿Qué más puedo hacer por mí?”.

También te sugiero que pongas una fecha (un par de meses, por ejemplo) para resolver la situación emocional y si ves que todavía estás dominado por la angustia, buscaría ayuda psicológica.

Por mi parte, no puedo sino desearte lo mejor y ponerme a tu disposición.

Un saludo.

Fecha: 25/11/2015 | Tema: Aspectos psicológicos | Experto: Iñaki Lorente. Asesor en el área de Psicología de la Fundación para la Diabetes. Psicólogo de la Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).

  Hola: Soy hermana de un diabético tipo 1. Le diagnosticaron la enfermedad hace unos 15 años. Les escribo para pedirles consejo de cómo actuar porque ya se nos han acabado los recursos y no sabemos qué más hacer. Estamos muy preocupados. El problema es que lleva años sin control médico. Él se cuida a su manera. Pero reacciona mal cuando se le saca el tema y siempre pone excusas o da largas para no ir. Ya hemos tenido varios sustos gordos. Después de estos episodios suele recapacitar y llenarse de buenos propósitos que nunca llega a cumplir. Es cierto que ha conseguido eliminar varios hábitos que le perjudicaban, pero le queda mucho. Contándoles esto les pido recomendación sobre cómo actuar, ya que con él es muy difícil hablar y no podemos obligar a una persona adulta a ir al médico si él no quiere. Rogaríamos nos dieran indicación de qué camino podemos seguir: algún experto al que acudir, o cómo enfocar el problema. Quedamos a la espera de su contestación. Atentamente.

Es difícil ayudar a quien no se deja. Frecuentemente suele darse la siguiente secuencia: La persona se cierra herméticamente a las indicaciones de la gente que se preocupa por ella. Eso hace que se sea más insistente, lo que a su vez provoca que se cierre aún más. Al final se crea mucha hostilidad y frustración por parte de todos.

La parte positiva que tiene tu hermano es que, ante los sustos, su deseo de cambio existe. Eso nos dice que, diga lo que diga, no quiere estar en esa situación de riesgo.

¿Por dónde empezar a ayudar?

Quizás el primer trabajo consista en entender que sólo cambiará al ritmo que se imponga él mismo y no al deseable o al que le sugiráis los de fuera. Pero eso tampoco es del todo malo ya que los cambios realizados por voluntad propia son mucho más estables que los impuestos desde fuera.

En este sentido, mi sugerencia es cambiar: “tienes que” por: “¿qué crees que podrías hacer?”, acompañado del “sabes que me importas y que me gustaría ayudarte: ¿Cómo crees que podría?”.

Seguramente sus pasos serán lentos, pero le confirmarán que puede cambiar (a veces no se cambia porque uno se siente incapaz).

Para mí, lo importante es que inicie el cambio, que se ponga en movimiento. Cuando consiga arrancar, poco a poco podrá ir adquiriendo velocidad. Yo suelo decir a mis pacientes: “ponte tú la meta que creas que ahora puedes alcanzar sin demasiado esfuerzo. Si está en el camino adecuado, ya has mejorado”.

Mi sugerencia es empezar por cosas que le hagan mejorar mucho: ponerse la insulina adecuadamente. Si ya lo hace, el segundo gran objetivo es hacerse más glucemias de las que se hace ahora hasta alcanzar las que su médico le indica. Es una información que necesita y le ayudará a estar motivado.

Tu papel puede ser el de recordarle: “¿Te parece que te pregunte UNA SOLA VEZ si te has mirado la glucosa de la mañana? A veces ayuda el que te lo recuerden”. Si te da permiso, tú ya puedes intervenir puesto que te lo ha pedido él. Pero conviene que sólo lo hagas en aquello que te ha pedido. Aunque te pueda parecer poco, quizás el primer paso tiene que ser así de pequeño.

Si la situación es más grave, quizás convenga ver a un especialista de la psicología que pueda ayudarle.

Mucha suerte.

Fecha: 20/07/2015 | Tema: Aspectos psicológicos | Experto: Iñaki Lorente. Asesor en el área de Psicología de la Fundación para la Diabetes. Psicólogo de la Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).

  Buenas noches, me llamo Mairyth, soy de Venezuela y actualmente estoy pasando una situación muy difícil. A mi madre hace unos meses le han diagnosticado diabetes y está en un proceso en el cual se encuentra muy angustiada. A cada instante se quiere medir el nivel de azúcar, se siente mal todo el día. Ya con un tratamiento para el control de la diabetes, trato de darle ánimo, que siga con su vida como antes, pero la veo como deprimida. Yo pienso que ya es un problema psicológico. Quisiera que me orientaran de qué manera puedo ayudarla a superar esta situación y que ella se adapte a su condición de manera adecuada.

Estimada Mairyth

Cuando a alguien le diagnostican de diabetes, con frecuencia lo vive como un mazazo (él y su entorno cercano). Son momentos  duros. Alguien lo describía como si, de repente el suelo cediera bajo sus pies y, por mucho que intentara agarrarse a algo, cayera irremediablemente. Otro comentaba que era como ver la vida a través de cristales rotos.

La realidad es que muchas veces provoca angustia. Angustia de lo inesperado. Angustia de lo desconocido. Angustia por la imagen que uno tiene de lo que es la diabetes. Angustia porque la imaginación le lleva a visualizarse a sí mismo en el peor de los escenarios.

Por lo que cuentas de cómo está tu madre, aparentemente, siente que está viviendo bajo la espada de Damocles, en peligro constante. Esa inquietud le obliga a tener que mirarse el azúcar a cada momento.

Creo que su percepción está excesivamente influenciada por la imagen de peligrosidad que tiene de la diabetes. Así, la orientación de ayuda debería ir encaminada a que ajuste lo más objetivamente posible lo que realmente implica el tener diabetes y a acompañarle en el proceso de adaptación.´

En este sentido creo que os sería muy útil a ambas contactar con la asociación de diabéticos de vuestra localidad ya que conocer a otras personas con diabetes, le puede ayudar a:

1) Comprender que su angustia es normal en los primeros momentos y, probablemente, pasajera ya que remitirá cuando logre adaptarse a su nueva situación.

2) Proyectarse en el futuro de la vida con diabetes a través de otras personas más “veteranas” que ella. Eso le permitirá imaginarse cómo puede ser su vida dentro de unos años, evitando imaginársela como ahora a través de la ansiedad que provoca lo desconocido.

Si pasado un año desde el diagnóstico sigue angustiándose con esa intensidad entonces, probablemente, le convendría consultar a un experto en psicología.

Quizás parezca un poco “prepotente” por ser mío, pero le sugiero que vea un vídeo en youtube titulado: “Preparados mentalmente para la diabetes”. Les dejo el enlace por si os resulta de interés: https://www.youtube.com/watch?v=tDVEBlub-ls

Un abrazo y mucha suerte.

Fecha: 30/06/2015 | Tema: Aspectos psicológicos | Experto: Iñaki Lorente. Asesor en el área de Psicología de la Fundación para la Diabetes. Psicólogo de la Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).

  ¿Cómo se puede saber que una persona necesita ayuda psicológica? Muchas veces pienso que lo que me ocurre es una tontería, pero otras la verdad es que lo paso bastante mal. Me da vergüenza que el psicólogo piense: “¿para eso ha venido a la consulta?"

Es cierto que algunas personas son auténticos consumidores de recursos sanitarios y que a la mínima dificultad que tengan, recurren al psicólogo para que se la resuelva. En ese caso debe ser el profesional quien le indique la forma apropiada de utilizar dicho recurso.

Sin embargo, según mi experiencia, la mayoría de las personas tienden a esperar demasiado tiempo antes de solicitar ayuda de un profesional de la salud mental.

Como norma general, si alguien tiene un problema que le provoque ansiedad, tristeza, preocupación excesiva, etc., debe intentar resolverlo por sus propios medios o pidiendo ayuda a las personas de su alrededor en las que confíe especialmente (un buen amigo, un familiar, etc.). Pero si pasa el tiempo (unos pocos meses) y el sufrimiento no decrece porque sus herramientas psicológicas o los que le proporcionan los de su entorno no son suficientes, es momento de solicitar ayuda profesional.

Eso no significa, necesariamente, largas sesiones de psicoterapia. Puede ser que con unas pocas indicaciones, o con la visión del problema desde una perspectiva diferente, sea suficiente para salir del bache.

En todo caso, si tienes dudas, deja que sea tu equipo sanitario de referencia quien te ayude a valorar lo oportuno o no de solicitar ayuda psicológica, pero no olvides que para que tu médico/a pueda valorar adecuadamente la situación debe conocer los pormenores de lo que te ocurre.

Fecha: 29/06/2015 | Tema: Aspectos psicológicos | Experto: Iñaki Lorente. Asesor en el área de Psicología de la Fundación para la Diabetes. Psicólogo de la Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).