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Diabetes   Fundación para la Diabetes

Los edulcorantes artificiales: esta vez, ¿va en serio?

Serafín Murillo Por: Serafín Murillo
Asesor en Nutrición y Deporte de la Fundación para la Diabetes. Dietista-Nutricionista e Investigador del CIBERDEM (Hospital Clínic de Barcelona).
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El uso de edulcorantes artificiales (no calóricos) ha entrado de lleno en la alimentación de la mayoría de la población. Aparecidos hace unas cuantas décadas, no fue hasta hace una veintena de años cuando su consumo creció de forma espectacular. Se empezó a utilizar como complemento en dietas bajas en calorías. Así, se conseguía reducir las calorías que provenían de los azúcares pero sin perder el sabor dulce que tanto gusta, y necesita, la mayoría de la población. Sin embargo, en los últimos años algunos estudios han ido aportando pruebas de que el uso de edulcorantes artificiales, por sí solo, no aseguraba la pérdida de peso. Por supuesto, perder peso es algo más complejo que solamente substituir el azúcar por edulcorantes artificiales, pues necesita otros cambios más radicales en el estilo de vida de la persona.

En el ámbito de la diabetes el sentido común hace pensar que al substituir los azúcares de la alimentación por este tipo edulcorantes artificiales se obtendrían mejoras directas en los niveles de glucosa en sangre. De este modo, las sociedades científicas más relevantes, como la Asociación Americana de Diabetes o, en nuestro ámbito, la Sociedad Española de Diabetes recomiendan esta práctica. En términos generales, este cambio tampoco será suficiente para controlar la diabetes por si sola, pero es una de las muchas acciones que podría ayudar a mejorar su control.

Pero el consumo de edulcorantes no ha estado exento de polémica. En los últimos años han ido apareciendo estudios que relacionaban el consumo de edulcorantes artificiales con la aparición de algunos tipos de cánceres u otros problemas de salud. La publicación de estos estudios siempre ha creado una gran alarma social. Es normal, los años de evolución de nuestra especie nos han enseñado a seleccionar nuestra alimentación y a desconfiar de aquellos alimentos que puedan suponer un riesgo. Mucha gente toma frecuentemente comida basura, aún sabiendo que tiene un alto riesgo de padecer enfermedades en el futuro, pero asume el riesgo. En cambio, crea un intenso malestar tomar cualquier alimento que pueda crear algún problema de salud a más corto plazo, especialmente cuando se trata de cáncer.

En cambio, la aparición hace unos días del estudio de los investigadores del grupo de Eran Elinav ha causado un gran impacto tanto en científicos como en toda la sociedad. Tanto es así, que se publicó en un la revista Nature, una de las publicaciones científicas más importantes del mundo. Sus investigadores muestran como el uso de edulcorantes artificiales podrían tener consecuencias negativas en relación al control de los niveles de glucosa en sangre, a través de la alteración del contenido de las bacterias intestinales. Estas bacterias que todos los humanos poseen en su tubo digestivo son necesarias y fundamentales para el funcionamiento óptimo del organismo. Su alteración se ha relacionado en muchos estudios con un mayor riesgo de obesidad y alteraciones de la tolerancia a la glucosa.

Y después de este estudio, ¿qué se debe hacer?

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alimentación