Telediabetes: las tecnologías de la información al servicio de la Diabetes
Director Científico Fundación para la Diabetes, y Unidad de Investigación del Hospital Universitario La Paz.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se conoce como TELEMEDICINA “la medicina a distancia”. Se define como “el suministro de servicios de atención sanitaria, en los que la distancia constituye un factor crítico, por profesionales que apelan a tecnologías de la información y comunicación con objeto de intercambiar datos para hacer diagnósticos, preconizar tratamientos y prevenir enfermedades, así como para la formación permanente de los profesionales y en actividades de investigación y de evaluación con el fin de mejorar la salud de las personas y de la comunidad". Según esta definición podríamos por tanto afirmar que prácticamente no hay actividad sanitaria que no pueda realizarse a distancia (inclusive la cirugía puede ya realizarse por robots dirigidos a distancia).
Sin embargo, el término telemedicina es limitado y algunos autores prefieren denominarla e-Salud o “Salud electrónica” (e-Health), concepto más global no sólo referido a cuidados médicos, sino también a la educación, la gestión, la formación y la investigación.
Con independencia de la definición que usemos, lo cierto es que los rápidos avances de las tecnologías de la información (TI) ayudan cada día a manejar mejor la enfermedad.
Tanto la “telemedicina síncrona” (en tiempo real), como la “asíncrona” (justo lo contrario), son hoy día utilizadas para manejar muchas enfermedades crónicas como la diabetes: para realizar tele-consultas por correo electrónico, video-consultas o prescripción electrónica de medicamentos, que evitan desplazamientos innecesarios de los pacientes y ahorran tiempo y recursos; tele-monitorización de la glucemia y envío de resultados de un periodo de tiempo para analizar su evolución; obtención a distancia y transmisión de retinografías; educación continuada de pacientes mediante programas online (e-learning), evaluación de la adherencia al tratamiento mediante contenedores electrónicos cuenta-comprimidos que registran y transmiten la hora y fecha de su apertura a la historia clínica del paciente o a la farmacia más cercana.
De igual modo, los pacientes y el público pueden ahora documentarse mejor acerca de su enfermedad, y además de contar con la opinión de su medico, consultar diferentes sitios web para aumentar su conocimiento de la enfermedad. En algunos portales se pueden encontrar también foros para compartir experiencias y donde realizar preguntas con respuestas inmediatas de expertos.
Actualmente asistimos a una gran proliferación de sistemas y artilugios electrónicos que van desde monitores inalámbricos para registro continuo de la glucemia que envían los valores cada pocos minutos, mientras el paciente realiza sus actividades habituales, hasta tarjetas electrónicas que miden la glucemia capilar y cuyos resultados pueden enviarse a través del móvil al médico.
Uno de los problemas fundamentales de la mayoría de sistemas de telemedicina es que son fragmentados; es decir están diseñados para tareas muy concretas, como pueden ser la monitorización a distancia de la glucemia, el envío de información online, programas de educación, etc. pero no existen todavía “plataformas integrales” de Telediabetes que cubran todo el espectro de las necesidades de la enfermedad y den “soluciones integradas” sin salir de casa a los problemas de los diabéticos.
Otras cuestiones importantes tampoco resueltas son si las TI mejoran objetivamente el control metabólico de los diabéticos, aumentan la satisfacción y calidad de vida y reducen los costes de la atención sanitaria en comparación con el sistema tradicional de cuidados de salud.
De gran trascendencia son también la calidad y fiabilidad de la información sobre salud en internet, ya que desgraciadamente no todos los sitios son recomendables, ni toda la información correcta (no basada en evidencias contrastadas), siendo necesario aprender a consultar sitios seguros de información veraz. Por último destacar que existen todavía barreras psicológicas, culturales y de capacitación de muchos pacientes para el uso cotidiano y sistemático de las TI. La instalación, manejo de muchos artilugios es aún poco amigable y su coste aún elevado, lo que aumenta la dificultad de su uso diario. Además existen también problemas no resueltos con la seguridad y confidencialidad de la información.
Numerosas organizaciones sanitarias y grupos de investigación están desarrollando ambiciosos proyectos y plataformas informáticas para tratar de contestar a las preguntas que antes nos hacíamos y salvar las dificultades mencionadas. La Fundación para la Diabetes está también contribuyendo en este apartado con diferentes iniciativas como la promoción y difusión de instrumentos online como la escala FINDRISK para la identificación del riesgo elevado de diabetes en la población; un servicio online de consulta médica para los usuarios de la web y colabora en proyectos tecnológicos sobre tele-monitorización de la glucemia, detección de diabéticos en casa mediante tarjetas electrónicas inteligentes y en el proyecto europeo IMAGE, un programa de “e-learning” para capacitar a los profesionales de la salud y al público interesado como agentes de prevención de la diabetes.