Durante el confinamiento, control mejoró entre los diabéticos que dejaron de trabajar
Una nueva investigación presentada en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) muestra que entre las personas con diabetes tipo 1 que dejaron de trabajar en el encierro de COVID-19, los niveles de azúcar en sangre mejoraron durante la primera semana de encierro a pesar de tener
oportunidades reducidas para hacer ejercicio y mayor estrés psicológico. El estudio fue realizado por el doctor Federico Boscari y sus colegas del Departamento de Medicina de la Universidad de Padova, en Italia.
Durante el confinamiento se cerraron las clínicas para pacientes ambulatorios, mientras que los hospitales trabajaron para atender a miles de pacientes infectados con SARS-CoV-2. Como resultado, la combinación del virus y las medidas impuestas para controlarlo no solo causó morbilidad y mortalidad entre los pacientes infectados, sino que también impuso una pesada carga para la salud de la sociedad y la población. Se espera que el impacto de esto sea mayor entre las personas con enfermedades crónicas como la diabetes, debido a que las clínicas y los servicios ambulatorios se reducen o se cierran por completo.
Los dispositivos de monitoreo de glucosa flash (FGM), ampliamente utilizados por personas con diabetes tipo 1, han permitido a los profesionales de la salud (HCP) mantener la interacción con sus pacientes durante el bloqueo, proporcionando datos de nivel de glucosa en sangre en tiempo real a la clínica.