Diabetes y sexualidad: ¿Cómo afecta la enfermedad a la salud sexual?
¿Puede la diabetes afectar a mi salud sexual? Es una pregunta que se hacen a menudo las personas que tienen esta enfermedad y la respuesta de los expertos es clara: sí. Para tratar esta cuestión, la Fundación Contra la Diabetes ha organizado un webinar sobre diabetes y sexualidad en el que han aportado consejos y soluciones y
han lanzado un mensaje claro: que sea frecuente no quiere decir que sea normal, se debe acudir al médico para poner solución.
En este encuentro online sobre diabetes y sexualidad, organizado por la Fundación para la Diabetes en colaboración con Boston Scientific, han participado el doctor Ignacio Moncada, urólogo del Hospital
Sanitas La Zarzuela, que se ha centrado en la relación entre diabetes y relaciones sexuales; e Iñaki
Lorente, asesor en psicología de la Fundación, quien ha aportado el enfoque psicológico.
Si tuvieras un problema sexual, ¿acudirías al médico?
Es la pregunta con la que ha iniciado su intervención el doctor Moncada, quien ha recordado que, en
muchos casos, las personas afectadas por problemas de este tipo no recurren al especialista por pudor.
Algo que, bajo su punto de vista, es más un fallo por parte de los médicos, que no generan un ambiente de confianza adecuado para tratar cuestiones sexuales, que de los propios pacientes. “Nuestro papel como facilitadores es fundamental y muchas veces los médicos no legitimamos este tipo de preguntas. Tal vez una forma de dar tranquilidad al paciente para hablar del tema sería decirle `muchos hombres con diabetes tienen problemas de disfunción, ¿te pasa?, porque sería algo normal´.
Y es que, como explica el urólogo, “la sexualidad tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida, no hay una salud completa si no estamos bien en este aspecto”. Además, ha recordado que es un derecho básico
recogido por la Organización Mundial de la Salud al que “no debemos renunciar”.
En cuanto a los factores que componen la sexualidad, habla de cuatro: el deseo, la excitación, la eyaculación y el orgasmo, y asegura que “la alteración de cualquiera de ellos podría dar lugar a unas relaciones sexuales insatisfactorias”.