El Debut de los adolescentes
La evidencia de padecer diabetes, en la mayoría de los casos, y en especial para la diabetes tipo 1, se presenta repentinamente y es notificada mediante la comunicación del diagnóstico por el médico, encontrándose en muchos casos tanto el niño como la familia con la sorpresa de una enfermedad cuya existencia ni sospechaba.
En particular, si el paciente es un niño, el cambio no sólo le afecta a él, sino que, en gran parte, el tratamiento recae sobre su familia.
La historia del debut no es para todos igual, pero seguro que todas tienen varios puntos en común. Características como sentir especial ansia por comer alimentos azucarados, gran necesidad de beber y beber cantidades enormes de agua y sumado, claro está, a tener que hacer pipí cada cinco minutos, son factores que indican que algo no funciona correctamente.
Tras el diagnostico, tanto el niño, como sus padres, se encuentran con que su vida ha cambiado en numerosos aspectos; que ciertas rutinas a las que usualmente nadie prestaba atención antes, ahora deben ser para ellos motivo de supervisión y vigilancia constante.
El diagnóstico de cualquier enfermedad crónica produce un impacto en las personas por dos razones: en primer lugar, hay que destacar la reacción emocional que produce tener conocimiento de que se padece una enfermedad incurable que durará toda a vida y, segundo, los ajustes en el estilo de vida que impone esta enfermedad.
A menudo, el diagnóstico de la diabetes afecta al estado de ánimo de la persona, desencadenando una serie de mecanismos para protegerse de la angustia que esto le produce.
Por eso, nuestros expertos y amigos de la Fundación, te dan unos breves consejos para poder orientarte y ayudarte en esta nueva fase de la vida; la diabetes.